Jueves 07 Agosto 2014. Coliseo Balear. Corrida de toros nocturna. Seis toros de D. Julio de la Puerta, aceptablemente presentados en líneas generales. Flojos, de un puyacito todos y carentes de transmisión. Manuel Díaz “El Cordobés” (azul pavo y oro) oreja y oreja. Juan José Padilla (canela y oro) saludos y dos orejas. David Fandila “El Fandi” (grana y oro) oreja y oreja. Aparentemente media entrada. Se guardó un minuto de silencio en memoria del que fuera conserje de la plaza Frco. Gabriel Pericás. Presidió el festejo D. Miguel Guerrero.

Algo menos de público que en ocasiones anteriores cubrió (aparentemente) la mitad del aforo del Coliseo Balear. No se trata de que el aficionado acuda en menor medida, sino, que se le está conminando a que no vaya a los toros. Funciones Taurinas, empresa que organiza la habitual corrida estival en el coso palmesano y  que bien podría llamarse Defunciones Taurinas teniendo en consideración el historial de males que pesan sobre sus espaldas en cuanto a festejos organizados en la isla, está empeñada en repetir hasta la saciedad año tras año el sota, caballo y rey de los mediáticos del escalafón superior. De nuevo, por enésima vez, “El Cordobés”, Padilla y “El Fandi”. Manda güevos!!!

Siguen pretendiendo (presuponiendo que se pretenda) que la gente acuda a la plaza publicitando escasamente el festejo en medios de comunicación mientras que divisar un cartel de la corrida en la capital mallorquina era todo un logro.

45€ la localidad más económica, en los tiempos que corren, sigue siendo inalcanzable para algunos. Así las cosas… mal vamos.

Aceptables son las cartas jugadas por cada espada para la obtención del triunfo y la consiguiente ansiada Puerta Grande. Lícito debe ser, y lícito es. Como lícito es también que el público que asiste a una corrida de toros no tenga la obligación de estar taurinamente educado y ni siquiera tenga por qué saber distinguir una chicuelina de un molinete. Faltaría más!!! Ahora bien, insistimos, lo de los subalternos y matadores mendigando apéndices es deleznable y una falta de respeto a su propia profesión.

Lo del jueves noche de “El Cordobés” es de juzgado de guardia. Ni siquiera estuvo en Cordobés. Vamos, que hasta la rana se la dejó en el hotel. Infumable. Tedioso. Toreó más despegado que nunca, si cabe, si es que cabe, que dudo que quepa. Estocada en el primero que le valió una orejita y estocada caída y tendida que precedió a otra orejita del cuarto.

Juan José Padilla no tuvo opción ante el segundo que cambió bruscamente de comportamiento tras el tercio de banderillas. Lo pasaportó de media estocada y descabello. Saludó desde el tercio. El quinto le permitió algo más de lucimiento si bien la faena, que inició con estatuarios junto a las tablas, no llegó a tener una continuidad artística destacable. Acabó con el astado de pinchazo, estocada y, venga, dos orejas. La segunda, por generosidad pasmosa del Presidente.

“El Fandi” lidió en tercer lugar el toro más noble del encierro.  Estuvo bien con el capote en ambos y demostrando en banderillas las excelentes facultades físicas que atesora. Con la muleta bajaron los niveles de sus faenas… como siempre. Mató de estocada que le valió la oreja de su primero y de estocada trasera y caída al que cerraba plaza al que le cortó otra oreja que le valió para abrir la Puerta Grande junto a sus compañeros de terna.

El encierro lidiado del hierro de Julio de la Puerta no cumplió a las expectativas de los ganaderos. Flojos, de comportamiento desigual pero mejor presentado que en la anterior edición, al menos en cuanto a volumen se refiere.

Por cierto, lo del estado de abandono en el que se encuentra el piso del ruedo y las tablas del mismo… clama al cielo. Si la rana de “El Cordobés” se quedó en el hotel, la Virgen de Lourdes se apareció entre los asistentes del callejón impidiendo que el burladero que voló literalmente por los aires no causara grandes males. En fin…  hasta el año que viene.