Cuando Goya ya no sirve

No puedo evitarlo. Cada vez que se utiliza el nombre de Goya para defender la tauromaquia me entra un no sé qué que me desespera. Me pasa lo mismo con Hemingway, Valle-Inclán, Vargas Llosa y tantos otros intelectuales aficionados a los toros. La lista de pintores, escritores, poetas, músicos, cineastas, filósofos y demás genios de la cultura -española e internacional- que se han sentido atraídos por el mundo de los toros a lo largo de la historia es interminable. El último listado, elaborado por Andrés Amorós, lo publicó hace un par de días el diario ABC. ¡Cuánta originalidad! Con ese artículo se pretendía defender el mundo taurino del ataque del Ministro de Fomento, José Luis Ábalos, que nos llamaba casposos. Lejos de salir airosos, nos hemos vuelto a pegar un tiro en el pie. Seguimos con los mismos argumentos de cultura y tradición de siempre. Parece ser que de ahí no nos movemos.

Es de sobras sabido que los toros han fascinado a lo largo de la historia a brillantes intelectuales. Y es un auténtico lujo tener a un sinfín de personajes ilustres en nuestro bando, ¿pero acaso no es este un argumento amortizado? No hace falta remarcar una y otra vez que las corridas forman parte del mundo de la cultura y del arte. La sociedad ya ha generado un anticuerpo contra este argumento. En cambio, parece que nos hemos relajado a la hora mostrar una visión moderna y actual de la tauromaquia.

No descubro nada diciendo que los jóvenes son el futuro. Viendo como van las cosas, dudo mucho que todos estos millennials que se supone que tendrán que llenar las plazas en un futuro próximo se acerquen al mundo taurino por lo que pintaron o escribieron todos esos señores mayores de otros tiempos. Es triste reconocer que ahora tiene más valor las chorradas que sube un influencer en Instagram o lo que dice un famosete en prime time que las letras de un premio Nobel. Sin entrar en analizar la calidad de sus consejos u opiniones, que podrían ser bastante cuestionables, son esos influencers -youtubers, instagramers, triunfitos o viceversos- los que conducen la opinión de la juventud.

Mirando el panorama actual, hay muy pocos personajes con tirón juvenil que muestren con orgullo su afición por los toros. Nuestras mayores bazas son ahora mismo Sergio Ramos, Joaquín y Kiko Rivera. No debemos rechazar el apoyo de nadie -tampoco somos quién para hacerlo- y ojalá otros jóvenes con millones de seguidores decidieran mostrar libremente su opinión como hacen estos tres. En los tiempos que corren haría más por la tauromaquia un video de El Rubius o una foto de Rosalía en el tendido que todos los cuadros de Goya juntos. Aunque intelectualmente estén a años luz de todos los de la lista de Amorós.

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