El día que Serafín Marín se hizo matador de toros

Vestido de blanco y oro, se presentaba el hasta aquel momento novillero catalán Serafín Marín en el patio de cuadrillas de la plaza de toros Monumental de Barcelona. Con 19 años y tras permanecer una año y medio en el escalafón de los novilleros, el que años más tarde se convertiría en el torero más representativo del taurinismo catalán, se doctoraba matador de toros en su plaza de Barcelona.

Nacido en Montcada i Reixac el 5 de mayo de 1983, había estoqueado su primer becerro el 16 de septiembre de 1998 en Albarracín (Teruel) y se presentó en Barcelona en la primera novillada sin picadores de la Escuela Taurina de Catalunya en el año 2000, tarde en la que dio un gran toque de atención ante un novillo de Agustínez. Debutó con los del castoreño en Recas (Toledo) el 10 de febrero de 2001, ante novillos de Víctor y Marín junto a José Manuel Piña y Jarocho. Dos meses después, el 29 de abril, se presentaba en la Monumental catalana en un cartel esperanzador, formado por tres novilleros de Barcelona que pertenecían a la Escuela de aquí. Omar Guerra y Raúl Cuadrado (que debutó con picadores) acompañaron a Serafín en una tarde en la que se lidiaron cuatro utreros de Caridad Cobaleda y dos (4º y 5º) de Enrique Martín. Su novillo del debut fue Pelón, de 461 kilos. Siete días después, el 6 de mayo, repitió comparecencia y cortó su primera oreja en su plaza al tercero de la tarde, de nombre Enfurecido, de 481 kilos del hierro de Martín Arranz. Y aún realizó un tercer paseíllo el 3 de junio, en una novillada de ocho novillos de El Cubo y El Retamar, mansa y deslucida. Esta temporada acabó en los primeros puestos del escalafón novilleril, tras presentarse en Las Ventas el 30 de septiembre, junto a Carlos Gallego y Martín Quintana, con novillos de El Trincherazo.

Al año siguiente, volvió a Barcelona el 7 de abril, tarde en la que cortó una oreja de Tañidero, astado que cerraba plaza de una excelente novillada de Jandilla. Y así, se llegaba al 4 de agosto de 2002, tarde en la que Serafín Marín tomaba la alternativa en su plaza. Actuó de padrino el valenciano El Califa y el murciano Alfonso Romero testificó

Momento de la ceremonia.

la ceremonia. Se lidiaron seis toros de la divisa onubense de Villamarta. Previsor, de 549 kilos, convirtió en matador de toros al de Montcada, que cortaba su primera oreja. Antoni González, en su crónica de La Vanguardia titulada Serafín Marín: madera de figura, escribía que hubo “detalles sueltos (los dos iniciales pases del guardabarrera, dos naturales zurdos corriendo muy bien la mano, cuatro arriesgadas manoletinas arrancadas con valor) y, sobretodo, maneras: el saber cruzarse y colocar el trapo, el dar la distancia al bicho. Fue un muleteo breve, frustrado por la pronta ausencia de enemigo, pero bello y esperanzador. La ejecución de la estocada, que cayó una pizca caída, justificó la oreja”.

Otra oreja arrancó del sexto, de nombre Cumplidor y de 529 kilos. González escribió que fue el menos complicado sin ser fácil y

Natural al sexto de la tarde.

describía la faena de esta manera: “Clavó las zapatillas en los lances de recibo (sufriendo un aparatoso revolcón) y lo muleteó sereno, cruzándose, aguantando las embestidas cuando se tornaban violentas, bordando en algunos momentos el toreo al natural y rematando las tandas con auténticos pases de pecho. Se fue de nuevo tras la espada y la enterró entera, algo ladeada. De nuevo fue de ley la oreja”. Por tanto, Serafín abría por primera vez en su carrera una puerta grande que acabaría por serle familiar. Y hasta dos tardes más toreó ese 2002 en Barcelona. Una, la del 1 de septiembre, cortando una oreja a un toro burraco de Los Guateles. Otra, la del 15 de septiembre, cuando volvió a salir en hombros, esta vez al cortarle las dos orejas al último de la tarde del hierro salmantino de El Sierro. Empezaba de esta manera una fulgurante carrera como matador de toros que le llevaba a confirmar doctorado a comienzos de la siguiente temporada.

Se cumplen hoy esos doce años de alternativa triunfal, sin que Serafín Marín pueda festejar su aniversario donde solía y debiera. Cerrada y víctima política la Monumental, el torero catalán tendrá que esperar para poder celebrar una fecha como esa en su sitio, en nuestro sitio. Mientras, y con 20 días de retraso, podrá festejar su alternativa en el mejor marco posible en estas circunstancias. Madrid y su plaza de Las Ventas aguardan, en una nueva oportunidad para remontar su carrera como doce años atrás. El 24 de agosto, en la plaza más importante del mundo, le esperan los toros de Antonio Bañuelos junto a Ricardo Torres y Leandro.

Un comentario en “El día que Serafín Marín se hizo matador de toros

  1. Enhorabuena Paco por hacer repaso a esta trayectoria de Serafin Marin. Aunque yo no diria que es el representante del taurinismo catalan, que lo es…Serafin junto al que tu denominaste El Impulsor (Luis Maria Gibert) han sido los MAXIMOS DEFENSORES DE LA FIESTA EN EL MUNDO.

    Mientras los que dicen defenderla dando clases a niños, etc. a quien defiende el tema de verdad no le dan cabida en los carteles y al segundo no se dignaron ni a guardarle un minuto de silencio en todas las plazas de España, mientras el dejo la ILP donde la tenia que dejar en la CUMBRE MAS Y MEJOR IMPOSIBLE. Creo que ambos merecian algo mas y se sigue sin hacer justicia con ellos.

    Como aficionado en los grandes carteles de feria junto a las figuras y ganaderias estrellas deberian ir acartelados, Juan Mora-Serafin-Cesar Jimenez-CurroDiaz-Urdiales-Castaño y un sinfin de grandes toreros que estan apartados o acartelados con ganaderias muy duras. En una palabra esto lo han cerrado a cal y canto. Asi es imposible. Saludos y suerte Serafin.

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