La Generalitat pretende sacrificar la mitad de los toros de la Illa dels Bous

La Generalitat de Catalunya tiene decidido acabar con el problema de los toros a la Illa dels Bous. Según ha informado Xavier Pallarés, delegado del gobierno a les Terres de l’Ebre, se sacrificarán la mitad de los toros (hay un total de 17 animales) que viven en libertad en este territorio.

La historia de estos animales que viven en la conocida como Illa dels Bous, enfrente de la localidad de Vinallop (comarca del Baix Ebre) y situada en el curso del río Ebro, comenzó en la década de 1940. El ganadero Pedro Fumadó se encargó de hacer llegar a esa isla (de 20 hectáreas de extensión) los primeros toros bravos. El problema vino a partir de 1995, cuando la Generalitat catalogó la isla como espacio del Plan Especial de Interés Natural (PEIN), obligando al último propietario a desalojar a los animales de la isla que habían dado nombre a ese territorio.

Fue el mismo gobierno catalán quien decidió no retirar todos los animales. Prefirió dejar algunos ejemplares que se encargaran de mantener el sotobosque. La naturaleza y el natural desentendimiento de la Generalitat hizo el resto con el paso de los años: los animales se han ido reproduciendo.

Ahora, vuelven a dejar bien clara su postura en eso que llaman defensa de los animales, bienestar animal y otro buen puñado de mentiras, que, entre otras consecuencias, llevó a prohibir las corridas de toros en Catalunya. Tras varios años de denuncias sobre el estado en el que sobreviven los toros en la Illa, han decidido sacrificar entre siete y ocho astados, los que entiendan que se encuentran “más débiles y enfermos, para que dejen de sufrir y evitar que puedan contagiar a los otros, y controlar el resto”. Así, aseguran, se quedarán los adecuados de acuerdo a las dimensiones del espacio y garantizará “la calidad de vida del resto de animales que viven en la isla”. El principal problema, afirman, es la falta de comida para abastecer suficientemente a todos los toros.

Muerto el toro, se acabó el problema. Unas muertes que no han aumentado en número (en los últimos años han sido varias las reses muertas por falta de comida) gracias a las acciones de grupos de voluntarios. Entre ellas, Ajudem els bous de l’Illa, un colectivo cercano a la Agrupación de Penyes i Comissions Taurines de les Terres de l’Ebre (APCTTE). Llevan meses acercándose hasta ese territorio para alimentar mediante pienso a los toros. La Agrupació ha propuesto el saneamiento de los animales y que sea la propia Administración quien forme una explotación ganadera. Por otro lado, Progat, otra de las asociaciones que también ofrece alimento en la isla, opta por la esterilización de los machos, lo que llevaría a la extinción en unos años. Dos propuestas bien distintas: una protege y la otra extermina.

La falta de interés en esa casi veintena de toros actuales durante muchos años no hace otra cosa que ratificar el cinismo de la Administración catalana. En la Illa dels Bous no queda nada del espíritu de aquel 28J de 2010 en el Parlament. Seguramente nunca lo hubo más allá de utilizar al toro y a la Tauromaquia como moneda de cambio.

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