El sábado 1 de abril se realizó un nuevo homenaje a Luis María Gibert en Barcelona. Sí, de nuevo en Barcelona ya que fuera de Cataluña Gibert es ese gran desconocido.

La batalla del hombre que dio el paso hacia delante e inició la ILP con el sueño de volver a ver toros en La Monumental nunca ha sido correspondido. Los profesionales nunca se lo han agradecido y ya ni se espera un gesto de agradecimiento, y la prensa nunca difundió la noticia de su lucha. Mientras el aficionado catalán demasiado tenía  con lo suyo, ya que encabezado por Luis María estaba en su guerra por la vuelta de los toros a Cataluña y en el resto del país se miraba hacia otro lado pensando que lo que allí pasaba no era problema suyo. Cuando lo que sucedía en Barcelona podía ocurrir en cualquier otro sitio pero la valentía de Gilbert frenó todas las tropelías políticas posibles. Por este motivo fuera de Cataluña, Gibert es ese gran desconocido.

Se podría decir que Gibert se puede considerar el mejor aficionado de la historia, en un mundo donde el aficionado solo tiene el derecho a decidir si pasar o no por la taquilla. Él cambió la historia de las plazas de Palma de Mallorca o San Sebastián con su ILP. Además, de llegar al momento en que Balañá tenía que enseñar sus intenciones, que no tardó en enseñar y aparecer en la afición la siguiente pregunta ¿por cuánto te has vendido Balañá? Ni siquiera La Fundación del Toro ha sabido o querido difundir sus acciones, aunque tampoco ha sido capaz de ayudar a Cataluña siendo su único gesto el desplazarse el 20N a Barcelona, comer y adiós. Quizás el ver como un aficionado remaba a contracorriente y fue capaz de cambiar las cosas fue lo que al sector no le interesó difundir para no ver alterado su estado de todopoderoso.

Ha llegado el momento de darle a LM Gibert la importancia que ha tenido en la historia de la tauromaquia, pero no solo en Barcelona sino en el resto del país. Que Luis María Gibert no sea ese gran desconocido.