Jornada taurina con Frascuelo y Sandín

Con una fuerte ovación los alumnos y profesores del IV Curso de Aficionados Prácticos de Catalunya recibieron a Carlos Escolar “Frascuelo”, que se emocionó al ver un numeroso grupo de aficionados en aquella ciudad en la que se doctoró.

Bajo la atenta mirada de los aficionados, el torero madrileño impartió una clase magistral, llena de torería, basada en el clasicismo y la pureza. Defendió su concepto de toreo asentado, natural, dando el pecho y sin forzar la figura. Remarcó la importancia de la colocación, de cargar la suerte y de buscar la calidad por encima de la cantidad. A continuación torearon, uno a uno, todos los alumnos a los que Frascuelo fue corrigiendo y dando consejos.

La jornada continuó con una comida en el restaurante Els Fogons en Badalona dónde se unió Lucio Sandín. Al finalizar la comida, se procedió a la entrega de premios por parte del Club de Actividades Prácticas Taurinas. Joan Adell, presidente del Club, entregó el premio a Sandín, por ser el padrino y le dedicó unas palabras de agradecimiento. Le mostró el orgullo que supone para el Club llevar la marca Sandín, que no es otra que la de la honradez, la sinceridad y la de levantarse siempre después de las dificultades. Lucio Sandín, visiblemente emocionado, agradeció el trato recibido por el Curso y el Club y reconoció que, a parte de sus familiares y amigos, pasar un día de vez en cuando con ese grupo de gente es una de las cosas que más le llena de felicidad. Él mismo fue el encargado de entregar el premio que lleva su nombre a Carlos Escolar “Frascuelo”.

Se terminó el intenso día con un coloquio en el que los aficionados pudieron charlar con los maestros. Frascuelo habló de la Barcelona de los 70, en la que triunfó repetidas veces. Contó varias anécdotas cuando iba de capea por los pueblos de Madrid en sus inicios. Ambos debatieron sobre la importancia de la técnica, el valor y la sabiduría para llegar a ser un gran torero. Nombraron a aquellos toreros en los que más se han fijado, entre los cuales había Curro Romero (padrino de los dos), Rafael de Paula y Curro Vázquez. Se lamentó la falta de variedad en los toreros actuales y los pocos espejos en los que fijarse.

En definitiva, los aficionados prácticos catalanes pudieron disfrutar de dos grandes toreros. Frascuelo y Sandín, toreros de aficionados, aunque con trayectorias e inicios muy diferentes (uno salido de las capeas y el otro de la escuela de Madrid) son poseedores de un concepto y una manera de entender el toreo muy parecida, aquella que los profesores del IV Curso de Aficionados Prácticos de Catalunya tratan de inculcar a sus alumnos.

 

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