El éxito de los espectáculos taurinos en la provincia gerundense iniciados con los conocidos «correbous» hizo germinar la idea de construir plazas de madera a mediados del siglo XIX en localidades como Olot, Ripoll, Camprodón, Sant Joan de les Abadesses…

Con la aparición de estas plazas de madera empezaron a organizarse novilladas con la participación de diestros profesionales principiantes. Así las cosas, en Figueres se celebraron sendos festejos novilleriles los días 21 y 24 de julio de 1853 a cargo del empresario Ceferino Lozano. Como todo el mundo sabe, la primera plaza de toros de obra construida fue la de Olot. Inaugurada el 24 de julio de 1859 es considerada la segunda plaza más antigua de España. Durante el curso trasncurrido desde 1900 hasta hace muy pocos años se celebraron festejos taurinos en localidades como PortBou, Torroella de Montgrí, Llansà, La Junquera, Massanet de la Selva, Amer, Cassà de la Selva, Palamós, Sant Hilari de Sacalm… En una plaza de toros improvisada en la Devesa de Girona se celebró en 1852 una «encerrona» con ganado de Recasens y que corrió a cargo de un grupo de aficionados de la alta sociedad del Casino Gerundense. Asimismo, en 1891, en el picadero del Baluarte de Santa Clara, junto al Hospital Provincial, se construyó una placita de toros improvisada y se celebró un exitoso festival en el que intervinieron los aficionados locales Rafael Barris y Antoni Martell en la lidia de novillos del hierro de Juan Nainons de Tortosa.

Las corridas de toros con cuadrillas completas de matadores de alternativa, picadores y banderilleros no fueron conocidas en la provincia gerundense hasta que fue inaugurada la plaza de toros de Figueres en los días 3 y 4 de mayo de 1894 y la desaparecida plaza de toros de Girona, en los días 29 y 31 de octubre de 1897. En ambas plazas, de gran tradición y con una entendida afición, han actuado importantísimos diestros a lo largo de su historia. En el coso ampurdanés han hecho el paseíllo matadores como Espartero, Quinito, Fernando Gómez «Gallo», «Guerrita», «Mazantini», Fabrilo,  Reverte, Fuentes, Algabeño, Villita, Conejito, Antonio Montes, Bienvenida, Bombita, Machaquito, Minuto, Cocherito, Lagartijo, Chicuelo, Vicente Barrera, Villalta, Cagancho, Armillita Chico, Dominguín, Niño de la Palma, Julio Aparicio, El Cordobés… En la plaza de Girona han actuado diestros de la categoría de Mazantini, Conejito, Villita, Guerrerito, Algabeño, Chicuelo, Laberi, Cocherito, Bienvenida, Marcial Lalanda, Enrique Torres, Domingo Ortega, Pepe Bienvenida, Manolete, Pepe Luís Vázquez, Andaluz y rejoneadores tan prestigiosos como Belmonte, Domecq, Vidrié, Lupi, los hermanos Peralta, Moreno Silva…

Estas escuetas referencias históricas son una buena prueba que la fiesta de los toros en Catalunya no es ninguna imposición del franquismo y que constituía uno de los grandes alicientes para la sociedad de la época. Figueres y Girona fueron siempre dos tauródromos de gran prestigio con una larga historia taurina que merece ser estudiada y publicitada para acallar a todos aquellos que, desde la ignorancia o la mala fe, intentan desvincular la tradición taurina de estas tierras.

(Pie de foto: Esta foto corresponde a una novillada celebrada en Girona el 4 de abril de 1915 en la que todos los actuantes fueron aficionados locales. De izquierda a derecha: Vicente Lloret «Feico», José Jou «Joselito», Juan Perich, Jaume Puigsech «Carrerito», Domingo Massó «Clavelillo» y Francisco Casals «Paquiro». Los matadores fueron Jou y Perich que despacharon cuatro novillos de Ripamilán).