La última tarde de Dámaso González en la Monumental de Barcelona

La temporada 1992 en la Monumental ponía punto final a uno de sus peores años taurinos con la que sería la última actuación en su ruedo de Dámaso González. Por sorpresa, la empresa Balañá ponía punto final al curso un 6 de septiembre de aquel importante año en Barcelona.

Aquel domingo del mes de septiembre de hace 24 años, el torero de Albacete compartía cartel con Juan Serrano “Finito de Córdoba” y Antonio Borrero “Chamaco”. La corrida anunciada era de José Luis Pereda, que fue remendada con uno de Torrestrella. De esta manera, Dámaso González hacía su último paseíllo vestido de luces en la plaza que lo lanzó de novillero en 1969. Nada menos que hasta ocho novilladas en la Monumental en ese año, propiciadas por las cuatro orejas y el rabo conseguidos el día del debut. Fue el 19 de marzo, ante una novillada de Ramos Matías junto a Juan Asenjo “Calero” y Manuel Maldonado.

Anuncio en La Vanguardia en su edición del jueves, 3 de septiembre de 1992.
Anuncio en La Vanguardia en su edición del jueves, 3 de septiembre de 1992.

Como decía al principio, ese año 1992 se cerraba una pésima temporada. Con la ciudad en el foco de todas las miras por las Olimpiadas, la Monumental no albergó su primera corrida de toros hasta el 5 de julio (suspendida por lluvia, además, a la muerte del cuarto), siendo todo novilladas hasta esa fecha. Anunciada como la 9ª función de abono (aquella primera parte de la temporada que organizaba Manolo Martín no entró en él), con un cartel que había congregado interés y una buena entrada en los tendidos, Balañá sorprendía a muchos de los que allí estuvimos con unos cartelitos en la entrada que anunciaban el corte de la temporada. Si mal no recuerdo por una serie de conciertos musicales programados en el coso o algo así. Algo que volvía a desalentar a la ya maltratada afición catalana. Un auténtico despropósito.

Dámaso González, con un toro castaño, bonito pero mansurrón, dos varas y picotazo saliendo suelto, estuvo torero desde los primeros lances hasta el final. Supo vencer con inteligencia torera el incómodo gazapeo de la res, y el que le mirara mucho. Media estocada algo tendida y estocada ligeramente caída”. Así contaba Mariano Cruz en La Vanguardia la actuación del veterano diestro ante el toro que abría plaza. Su segundo toro, cuarto de la tarde, “salió con raza y nervio, le picaron trasero en las dos varas y el picotazo, de ahí que el toro se quebrantara en el encuentro con el caballo, y que acabase defendiéndose en la muleta, aunque a veces se arrancaba con nervio”. Cruz narró el último trasteo como “altamente técnico y seguro, con decisión y entrega. Pinchazo y estocada desprendida. Se recibió al torero de Albacete con una gran ovación. La tarde de ayer, justificó Dámaso de sobras su vuelta a los ruedos”. También saludó a la muerte del primero.


Pero aquella corrida de fin de temporada tuvo más. Finito abría la puerta grande de Barcelona por segunda vez como matador de toros. Por la faena a “Barbudo”,  marcado con el número 24 de 497 kilos, recibió varios premios como triunfador de la temporada en esta plaza. Mismo galardón que el colorado de Torrestrella que salió en quinto lugar. El crítico del diario catalán escribió que “su bravura y nobleza hubiesen hecho fracasar a muchos toreros, pero no a Finito, que consiguió una faena de menos a más, ya que empezó toreando ligero pero acabó centrándose con el toro. La faena tuvo además, en muchos momentos, el mérito de dejarnos ver la bravura del toro. El toreo que hizo Finito tuvo la virtud de ser un toreo que se ve, se oye y se entiende. Muy pocos diestros son capaces de lograr esto. Pases cambiados por alto y por bajo, deslumbrantes; muletazos en la suerte natural con desmayado juego de cintura, sin sentirse el cuerpo y sí el espíritu. Entró a matar con fe y salió por la puerta grande”.

Por su parte, Chamaco había cortado otra oreja del tercero, triunfando “de forma clamorosa con el buen toro de Pereda. Mariano Cruz dejó escrito que “la faena de muleta tuvo toques de genialidad, por ejemplo, los naturales por el lado derecho las dos rodillas en tierra, que también nos hicieron ver, oír y entender el toreo. Muy encima del toro, de forma arrojada, después. Faena vibrante llena de emoción, con el público entregado. Pinchazo arriba y estocada buena. Alegría en la mayoría de los aficionados catalanes por haber visto triunfar a Chamaco en la Monumental”.

Así fue la tarde en la que el maestro de Albacete pisaba la arena de la Monumental por última vez. 23 años después de que aquel muchacho de 21 años conmocionara a la afición catalana, Dámaso González se despidió sin saberlo de la plaza que lo descubrió en la más lamentable temporada que uno recuerda en la ciudad condal.

3 comentarios en “La última tarde de Dámaso González en la Monumental de Barcelona

  1. Si se hubiera frenado Barcelona no hubieran aoarecido tantos seudo animalistas.

    CASAS tenia informacion y maneras

    Lamentarnos.no sirve Solo dejarlo escrito para la historia

  2. La gestion empresarial de Martin en convivencia con Balana fue el principio del fin .
    Otro gallo hubiers cantado con Paton.y Casas

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