Ponce y los niñatos

Parece ser que el maestro Enrique Ponce ha tenido sus más y sus menos con el torero El Juli y su escudero Perera. Y no precisamente por culpa del maestro de Chiva sinó por parte de los figurines de moda, los del respeto, el ‘baja tú’ y el ‘torete mecánico’. Según cuentan, Ponce quedó fuera de una feria por culpa de las triquiñuelas de el tándem Juli-Perera y sus caprichosas exigencias sobre la terna y el ganado. Todo el mundo sabe que El Juli es un maestro. Un maestro en los despachos y un maestro en convertir la Fiesta en una especie de parodia en la que vale todo y en la que se imponen compañeros de terna que no molesten y toretes de encaste Domecq capitidisminuidos, tullidos y descastadamente bobalicones. Perera, fiel escudero de El Juli, pide marujeo triunfalista en los tendidos, eso sí, con la pierna retrasada y maldiciendo el purismo. Y así las cosas, ese par de figuras se atreven a vetar a un figurón que, con veinticinco años de alternativa, tiene una hoja de servicios con rotundos éxitos en plazas importantes ante toros de distinto encaste. Un figurón que nunca escribió comunicados ni necesitó escuderos que le jalearan. Es verdad que hay la versión del Ponce más ventajista pero no menos cierto es que, en muchas ocasiones, demostró su maestría, su dominio y capacidad. Cualidades éstas que nunca han exhibido estas figuritas de pitiminí que, al vilipendiar a una gran figura como Ponce, le han dado la razón al bueno de Carlos Herrera. ¡Son unos niñatos!

 

Foto: EFE

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