Recordando…

El domingo 1 de mayo del 2011 salía a hombros el novillero catalán  Jesús Fernández. Al ruedo bajaron sus amigos, familiares y aficionados que quisieron compartir junto a él, su éxito aquella tarde.

Se lidiaron cinco reses de Valdefresno y una de Fraile de Mazas y completaron la terna el gaditano David Galván y el extremeño Rafael Cerro que hacían su presentación.

Nuestro compañero  Paco Piriz destacaba de esta forma  su actuación en esta misma Web:       

Jesús Fernández, empeñado en molestar al sistema

“Todo esto se oculta en esta Cataluña. Está mal visto por los que mandan en muchos lugares. Si huele a toro o torero, se tapa, se censura. Por eso no es noticia  que no sea noticia de que haya toreros catalanes. Y, mire usted por donde, uno de los que tenemos, va y se empeña en serlo. Nada se sabía hasta hoy más allá de los espacios taurinos que un catalán, por más señas de nombre Jesús Fernández, se empeña en continuar  en su lucha por ser torero en territorio cautivo. Para que vean. Se volvía a enfundarse un traje de luces un año después de su actuación aquí y sale triunfador de la segunda novillada de la temporada.

El cuarto fue un gran novillo, bien picado por Israel de Pedro. Papeleta difícil, ya que hubiera descubierto muchas carencias y no fue así. Fernández estuvo mucho más que digno y lejos de obtener un triunfo en el calor de su gente. Es más, si el animal cae más rápido de la buena estocada al encuentro le hubieran pedido la segunda con fuerza. Porque antes, con la mano derecha fundamentó una faena emocionante de mano baja, con pases con la derecha ligados, aguantando las codiciosas embestidas del buen novillo de Valdefresno. Con la mano izquierda consiguió una buena tanda que quedó emborronada con un desarme, pero cuatro naturales tuvieron altos vuelos. Faena con algún altibajo, también es cierto, pero con muchos momentos de toreo importante de un torero que da un fuerte toque de atención. La había brindado a Fernando del Arco, que herido por el destino que le dejó solo en su abono de barrera, recibía el cariñoso aplauso de la afición como preludio del triunfo del torero. Esta oreja se unía a la del primero, un utrero de viajes más cortos, noble pero menos lucido. Tampoco volvió la cara el torero ni perdió nunca la compostura, volviendo a destacar en series con la derecha y en buenos remates de pecho, tirando todo el toro por delante. Además, también lo liquidó de una eficaz estocada. En conjunto ha sido una buena tarde del catalán, que también había lucido con la capa en ambos, con verónicas a pies juntos y sendas largas cambiadas en los dos de su lote.”
“Por la calle  Marina se fue a hombros Jesús Fernández, un catalán que quiere ser torero y lo demostraba un año después. Con lo difícil que es. ¡Tiene mérito!

                Ahí queda el recuerdo de aquella tarde y  nuestro mayor deseo de  volver a verlo triunfar nuevamente en la Monumental.

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