¿Se deben retransmitir tantas corridas por televisión?

Con el nacimiento de Taurocast, una nueva plataforma digital similar a Netflix que retransmitirá corridas de toros, ha vuelto a surgir el debate sobre si es beneficioso para la tauromaquia televisar tantos festejos al año.Hay distintas opiniones que sostienen que cuantas más corridas se emitan mejor, pero también hay la visión de reducir la cantidad de corridas televisadas. Cada aficionado encontrará sus argumentos que le hagan decantar hacia un lado o el otro. De momento, esta es mi reflexión:

A FAVOR

  • La dosis del yonki. La retransmisión de tantos festejos en la temporada por parte del canal Toros de MOVISTAR (en mayúsculas y negrita ya que ellos se empeñan en ocultar cualquier relación entre MOVISTAR y TOROS quitándolo del logo y de sus publicidades) nos permite mantener contacto constante, casi diario, con nuestra pasión enfermiza. La aparición de nuevas plataformas nos llenará todavía más el calendario.
  • Ya no nos engañan. Gracias a la televisión podemos juzgar nosotros mismos lo que vemos. Los portales de desinformación taurina siguen contándonos milongas y vendiéndonos faenas sensacionales a toros espectaculares pero ya no nos la cuelan más. Todas las ferias importantes las vemos con nuestros ojos y opinamos como nos apetece.
  • Vemos más toros que nunca. Empezamos la temporada en Valdemorillo y la terminamos en Zaragoza. Y después viene México. Es un lujo todo lo que nos ofrece Toros Movistar.
  • El valor del triunfo. Toda la afición se entera del torero que triunfa o el ganadero que lleva una buena corrida. Eso permite generar buen ambiente en los aficionados. La gran repercusión que ofrece la televisión conlleva, teóricamente, a un mayor esfuerzo por parte de los diestros que favorece al espectáculo. En el caso de los novilleros la repercusión es quizá todavía mayor. En las últimas temporadas Roca Rey, José Garrido y Ginés Marín salieron lanzados de un certamen sin caballos retransmitido por Canal Sur.
  • Fomento. Contribuye a promocionar la tauromaquia, sobre todo cuando son cadenas públicas (Canal Sur, RTV Castilla-La Mancha, Telemadrid… y TVE cuando se acuerda que somos el segundo espectáculo de masas) las que retransmiten festejos taurinos. Muchos de nosotros hemos visto los toros por la tele de pequeños y nos hemos quedado enganchados.
  • Aprendemos cada temporada. El canal Toros Movistar te permite conocer plazas que tienes pendiente visitar y saber cómo viven la tauromaquia otras ciudades de España y Francia. Y ahora Taurocast pretende ofrecernos las ferias de Vic y Céret, plazas toristas por excelencia.

EN CONTRA:

  • Espachurrados en el sofá. No juzgamos igual desde el sofá que desde el tendido. La emoción (y el miedo) del directo en la plaza es inigualable e incomparable. La tranquilidad y relajación de tu casa puede conducirte a desmerecer faenas que desde el tendido podrías haber vibrado y acabar solicitando las orejas. Eso no significa que el público es triunfalista (muchas veces lo es), simplemente puede ser fruto de un ambiente que te empuja al disfrute y a dejarte llevar. Es la magia de los toros.
  • Esta película ya la hemos visto. Ver tantos toros al año nos reduce nuestra capacidad de sorpresa. Prácticamente todos sabemos cómo empiezan las faenas de López Simón o cómo se comportarán (con excepciones y matices) los toros de Garcigrande. Quitamos mérito a muchos toreros por el hecho de haberlo visto mil veces.
  • El tamaño no importa. En muchas ocasiones exigimos el mismo toro en Istres que en Madrid. Esto puede provocar un aumento del toro generalizado e injustificado en plazas de segunda y tercera. Hay que tener en cuenta la categoría y circunstancias de cada plaza y saber adaptarnos.
  • Vagancia. La gente puede acostumbrarse a ver los toros por la televisión y limitar considerablemente su presencia en las plazas.
  • Dirigido a aficionados. Los canales Toros Movistar y Taurocast por el hecho de ser privados no contribuyen a expandir la tauromaquia. Su labor se ve limitada, en gran parte, al mantenimiento de la afición ya existente.
  • Espectáculos indignos. Se televisan corridas que nunca tendrían que televisarse (ni organizarse) y menos por cadenas públicas como la de Castilla-La Mancha, que ofrece espectáculos bochornosos con toros con puntas tan sospechosas que dejan de ser puntas y sospechosas.

Después de la exposición de pros y contras opino que hay que seguir ofreciendo todas las ferias importantes en televisión. Todas, de Fallas hasta El Pilar. El riesgo que implica es que nos saciemos de los toreros debido a que siempre son los mismos en cada feria, pero eso daría para un artículo por si solo. Por otro lado, habría que perseguir la calidad y no la cantidad. Se necesitan muchos festejos dignos y emocionantes para aficionar realmente a una persona como para que se televisen tantas corridas indignas. Si algunos pueblos disfrutan de esa basura de corridas está bien, allá cada uno, pero por lo menos que no nos llegue el olor a casa.

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