En pleno invierno siempre llegan noticias de rupturas y nuevos apoderamientos, empresarios que regentarán otras plazas, de rumores y confirmación de carteles en las primeras ferias importantes y de carteles de festivales benéficos. Bueno estos últimos ya no, han desaparecido de la tauromaquia.
La tauromaquia siempre ha sido solidaria con una gran variedad de causas. Empezando desde las tragedias naturales, pasando por la lucha de las enfermedades, hasta la ayuda a partidos políticos como el PCE. Pero en la actualidad esta solidaridad está desapareciendo año a año y lo poco que se anuncia como benéfico crea la duda de su carácter solidario tras lo sucedido en Cáceres donde El Juli se enfrentó en solitario a una corrida de Garcigrande y tras cuatro años aun siguen sin presentarse las cuentas.
Los festivales benéficos están desapareciendo del calendario taurino para montarse un festejo que no sirve ni para difundir la tauromaquia sino más bien para ir matándola poco a poco. Estos festejos son los tentaderos benéficos, donde se anuncian cinco o seis matadores de toros para tentar otras tantas becerras. Lo que antes era una labor de campo, donde muy pocos eran invitados, ahora se hace a vista de todos. El primero en participar y quizás quien más daño hizo a que se expandieran fue José Miguel Arroyo, participando en un tentadero en Talavera de la Reina. Lo que parecía algo esporádico y diferente se convirtió en lo cotidiano. Son muchos los matadores de toros que justifican su participación en estos espectáculos con la presencia de un figurón del toreo en el primer tentadero benéfico.
No olvidemos que los festivales benéficos servían para que toreros retirados pudieran volver a sentir las sensaciones de enfrentarse al toro en público, ahora ya sin estos festivales no dudan en volver a ponerse el chispeante una tarde cualquiera en una feria quitando el sitio a los necesitados. Sin olvidar a los que empiezan, los novilleros. En todo festival benéfico iba un novillero, donde existen ejemplos que sus carreras se lanzaron como Morante de la Puebla. Ahora sin festivales reducen sus oportunidades, algunos justifican que en los tentaderos actúan novilleros sin picadores. Estos novilleros salen a una becerra después de que el matador de turno la exprima, sin contar que en los tiempos que estamos los novilleros sin picadores se hinchan a ir al campo con las escuelas taurinas.
Alguien tiene que poner punto final a estos tentaderos que aunque recaudan por una buena causa, esa recaudación es menor que los festivales en peligro de extinción. Además que estos festejos dan otra puñalada a la tauromaquia y dan aire a los antitaurinos. Los antis empiezan a vender que se pueden dar festejos sin la necesidad de dar muerte al animal como ocurre en estos casos. Su objetivo es acabar con el toreo y saben que es una carrera de fondo, si consiguen vender al publico la existencia de espectáculos sin muerte pronto lo conseguirán en los festejos mayores. Pero claro el taurino sigue mirando hacia otro lado o vete tú a saber donde están mirando.