El novillero Maxime Solera ha entrado con buen pie en México, donde ha debutado con una novillada de la ganadería De Guadiana en Ciudad Lerdo (Durango).
Salió el cuarto de la tarde, de nombre Mi Rodri para el francés, que lo recibió con una larga cambiada en el tercio. De pie, le recetó un conjunto de templandas verónicas hasta llevarlo a la boca de riego, donde siguió toreando por gaoneras. Tras el leve puyazo, realizó un quite por tafalleras y una vez cambiado el tercio, como en su etapa de novillero sin caballos, puso banderillas: dos buenos pares y otro al violín calentaron al público en los tendidos.
Rodillas en tierra empezó la faena y rápidamente se puso a torear en redondo antes de levantarse. Solera siguió toreando con la diestra a un animal que embestía despacio y humillado. Lo templó y lo llevó largo. Se recordará un eterno pase de pecho. Más complicaciones presentó por por el pitón izquierdo aunque el francés supo sacarle algún buen natural. Al pasar otra vez a la derecha, las fuerzas de Mi Rodri bajaron y Solera acortó distancias. El arrimón final y las ajustadas manoletinas rematadas con una arrucina y un pase de pecho parecían indicar que el debutante podía cortar los máximos trofeos. El mal uso de los aceros se lo impidió. Un pinchazo, una media estocada y dos descabellos dejaron el triunfo en tan solo una oreja que puede saber a poco.
Completaron el cartel de la Guillermo Guerra (saludos), César Karim (oreja) y Enrique de Ayala (saludos). Los cuatro novillos fueron de la ganadería De Guadiana y el primero fue premiado con el arrastre lento.
Fotos: Rodrigo Herrada
Foto de portada: Óscar Wong