El novillero Maxime Solera y Enrique Guillén, su apoderado hasta hoy, han decidido poner punto y final a una bonita etapa tanto profesional como personal, empezada cuatro años atrás.
Solera y Guillén iniciaron esta andadura cuando el francés era todavía becerrista y a base de mucho esfuerzo consiguieron firmar la alternativa en una plaza de primera categoría. Durante el camino, Solera ha cosechado triunfos importantes en plazas de relevancia y ha mantenido siempre una apuesta clara por una tauromaquia donde el toro juega un papel trascendental.
La ruptura llega a tres semanas de la despedida de novillero en Madrid y a un mes de la alternativa en Arles. Por delante, tiene además varias corridas de toros en Istres, Alès o Céret, entre otros compromisos todavía por anunciar.