La afición catalana rinde homenaje a Uceda Leal en Barcelona

La Casa de Madrid en Barcelona, en colaboración con el Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida, celebró este fin de semana un destacado acto cultural que reunió a numerosos aficionados. La jornada contó con la presencia del matador Uceda Leal, quien mantuvo un extenso y cercano coloquio con el aficionado Gerard Mas, repasando momentos clave de su trayectoria y compartiendo reflexiones sobre la tauromaquia.

El diestro madrileño hizo un repaso por su trayectoria en Las Ventas, deteniéndose en dos de sus tardes más gloriosas: la Puerta Grande del 2 de mayo de 2004 en su celebrada encerrona, y la Puerta Grande del otoño de 1998, obtenida ante toros de Victorino Martín. También evocó su relación con Barcelona, una plaza a la que vino en una docena de ocasiones y donde —recordó— siempre encontró “una afición entendida y sensible, que se entregaba con lo bien hecho”.

Uno de los momentos más esperados del coloquio fue la conversación sobre la suerte suprema, que Uceda ejecuta con reconocida maestría. El matador explicó su concepción de la estocada y se mostró tajante respecto al indulto, una práctica que nunca ha realizado. Según afirmó, puede que sea debido a que no se ha encontrado nunca con un toro tan boyante, pero también debido a que su concepto del toreo no propicia el indulto: «Para indultar un toro hay que sobarlo mucho, dar muchos muletazos y mi manera de entender el toreo no e esa». También confesó su admiración por las estocadas de Rafael Ortega, por su pureza; de Paco Camino, por su belleza; y de Manolete, por su rectitud al entrar a matar.

Otro de los temas que despertó gran interés fue el de sus trajes de luces, caracterizados por un marcado sabor añejo. Uceda explicó que se los confecciona Justo Algaba, y que su predilección por los trajes de inspiración decimonónica nació cuando Algaba le mostró una réplica de un vestido del Chiclanero, de finales del siglo XIX. Desde entonces, muchos de sus trajes —con chorrillos largos y detalles clásicos— son recreaciones o reinterpretaciones de piezas históricas. También reveló que en Madrid siempre va de estreno. Sobre el precio de un traje, explicó que uno sencillo ronda los 4.000 euros, mientras que uno más personal puede alcanzar los 10.000 euros.

También estuvo presente en el acto el joven novillero Mario Vilau, quien comparte mozo de espadas con el diestro madrileño. Vilau sorprendió a los asistentes al desvelar un pequeño secreto: durante toda esta temporada ha estado toreando con muletas del propio Uceda Leal, confesando que ahora le resulta muy difícil utilizar otras porque no alcanza el mismo nivel de comodidad.

El encuentro comenzó con la presentación del último libro del periodista Paco Cañamero, Juan José, el torero, dedicado al matador salmantino Juan José. Cañamero destacó la carrera “precocísima y fascinante” del torero, cuya trayectoria se vio marcada por un trágico giro en 1971, cuando un accidente de tráfico le hizo perder la visión de un ojo. Pese a ello —subrayó el autor—, Juan José “nunca desfalleció y siguió luchando”, manteniéndose en los ruedos con una voluntad admirable. La obra, de 336 páginas, incluye abundante material gráfico inédito gracias a la colaboración de la familia del torero, quien aportó fotografías procedentes del archivo familiar. Entre las anécdotas rescatadas, destacó la amistad que Juan José mantuvo con Salvador Dalí durante su campaña en Barcelona en 1968, cuando el pintor de Figueres acudía cada domingo a verlo torear y llegó a regalarle un cuadro.

El acto concluyó con un cocido madrileño, consolidando una vez más la labor cultural de La Casa de Madrid en Barcelona y del Círculo Bienvenida como espacios de encuentro y difusión de la tauromaquia.

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