El cuarto acto del XXXVII Ciclo de Conferencias de la Casa de Madrid tuvo como protagonista a Carlos Checa, director de orquesta de reconocimiento internacional. Checa, actualmente director titular y artístico de la Jove Orquestra Simfònica de Barcelona, ha dirigido orquestas sinfónicas y filarmónicas en Perú, Costa Rica, Argentina, México, Polonia, Honduras, Venezuela, Londres, Hong Kong y por varias regiones de España, además de trabajar con artistas o solistas de la talla de Isabel Pantoja y Miguel Ríos.
Su currículum profesional tendría que bastar para presentarle, pero en su caso es importante hacer una puntualización personal. Carlos es hijo de Elvira Checa, música y autora de varios pasosobles entre los que destaca La Puerta Grande, y de Luis María Gibert, el que fuera presidente de la Federación de Entidades Taurinas de Catalunya e impulsor de la ILP taurina.
Como no podía ser de otra forma, el conferenciante trató sobre la música en los toros. Reflexionó sobre la importancia que tiene la música en un festejo, que supone un premio al buen hacer del diestro. Por cierto, que toque o no la banda es lo único que no depende del torero, pues éste decide los carteles, los toros y las fechas, comentó el ponente.
Por otro lado, repasó el origen del pasodoble y de la música en los toros. Parece ser que el pasodoble procede de la tonadilla escénica, composición que en la primera mitad del siglo XIX servía como conclusión de los entremeses y los bailes escénicos y que luego desde mediados del mismo siglo era utilizada como intermedio musical entre los actos de las comedias. De mismo modo, explicó que la primera vez que tocó la banda mientras se toreaba fue en la plaza del Torín de la Barceloneta en una faena de Lagartijo.
No quiso finalizar su ponencia sin agradecer a sus padres por los valores que le transmitieron y por el cariño que siempre tuvo. Dedicó unas palabras de recuerdo a su padre, fallecido en 2014, y expresó su máxima admiración hacia su madre, a la que invitó a seguir componiendo.
Foto: Tendido 5