En estas fechas siempre llegan las típicas entrevistas a ganaderos, toreros y rejoneadores para hablar de la temporada finalizada y cómo encaran la que viene.
Hay algunos que hablan de una temporada atípica debido a que han toreado más o menos de lo que acostumbran, pero hay otros que todos los inviernos cuentan el mismo discurso. Uno de los que se repite más que el ajo es Diego Ventura con un discurso de humildad y maltrato empresarial. Siempre hablando de lo mismo y los mismos, mientras silencia las novedades de su cuadra o sus mejores tardes del año dejándolo a un segundo plano.
Pero Diego Humildad Ventura olvida o no quiere recordar que perteneció y pertenece a ese sistema que tanto crítica bajo el amparo de la Casa Matilla y La Casa Lozano respectivamente. Con los primeros hizo gran parte de su carrera para hacerse un nombre y en ningún momento criticaba la situación que genera el sistema a los profesionales de quedarse fuera de las ferias. A él solo le importaban las plazas donde otros compañeros se lo habían ganado en el ruedo como el caso de Pamplona. A sabiendas que es una de las pocas plazas que premia lo que sucede en la arena pamplonica el año anterior, pero había que criticar a Hermoso de Mendoza. Ahora habla de algunas plazas que no son estructuradas por los amigos de sus apoderados.
El rejoneador de la Puebla se plantea matar un toro en puntas en esta temporada. Pero antes de anunciarlo ya tira de humildad diciendo que con un toro en puntas no se puede hacer el rejoneo actual y enseguida dice que hoy se rejonea mejor que nunca. Total que se pone la venda antes de la herida por si aquello no sale bien. Se olvida de que Sergio Vegas lo hizo en Granada con un Pablo Romero y pudo hacer el rejoneo actual, también se olvida como el sistema y sus propios compañeros le castigaron vetándolo por realizar dicho gesto.
Humilde Ventura se queja de que privan al aficionado de Valladolid de verlo, pero se olvida de su última tarde en aquella plaza donde la entrada no llegó a dos tercios. Quizás no lo anuncien ya que Diego El Humilde no tiene fuerza en taquilla para llevar el peso del festejo de rejones. Lo mismo sucede con Salamanca en la que en ninguna de sus dos tardes que hizo el paseíllo se vendió la mitad de las localidades. A El Humilde Ventura se le llena la boca que no le dejan torear en La Glorieta y ni el público salmantino puede verlo. En este 2018 se anunció en la provincia charra en el famoso mano a mano con El Juli en Guijuelo, dónde un sábado de Agosto no colgaron el no hay billetes en un coso de 2600 localidades. Humildad Ventura triunfa en el ruedo pero en la taquilla pega unos buenos petardos.
Pero no todo son críticas al centauro. Como máxima figura del rejoneo hace bien en criticar a aquellos compañeros que han tomado la alternativa y la han confirmado y al día siguiente matan utreros en las portátiles. Diego Humilde Ventura podía usar ese frente para luchar contra aquellos que dicen que lo dejan de las ferias pero en ningún momento ha sido capaz de unir fuerzas con la otra máxima figura del rejoneo para detener este atropello. Aunque la temporada del 2018 de Hermoso de Mendoza es para analizarla punto y aparte aunque puede resumirse como van una francesa, un navarro y su hijo con toros de El Capea.
Ventura no solo tira de humildad en Europa, en su actual campaña mexicana no duda de que los novilleros le abran plaza. La prensa lo silencia y lo peor es que lo venden como un gran gesto, que lo es regalar un novillo a un novillero, pero no dicen el fin. Ocurrió en un festejo de rejones donde David César rompió plaza con un novillo y en Mérida lo hizo el novillero a pie Roberto Gómez Valladares “El Zorrillo”. Luego se le llena la boca diciendo que no abren los carteles. Ventura los abre, pero de una manera lamentable.
Tiene el invierno Ventura para reflexionar y que en esta nueva temporada se dedique a lo que mejor hace que es rejonear y no venderse como el humilde y la víctima de la tauromaquia.