Javier Cortés: “Una de las cosas que más miedo me da son las orejas”

El pasado fin de semana, la Casa de Madrid de Barcelona acogió un acto especial con motivo de la XLI edición de la Feria de Otoño. El evento, presentado por el presidente de la institución, Florencio García, y el escritor Nicolás Sampedro, contó con la presencia del matador de toros Javier Cortés y del escritor Enrique Amat, autor del libro Las propinas de Dios.

Las propinas de Dios
El autor recomendó disfrutar del libro de una manera desenfadada: abrirlo al azar por cualquier página y leer cada noche una entrevista diferente. Según explicó Amat, cada entrevista se presenta como una conversación íntima con un personaje distinto, lo que permite al lector sumergirse en historias fascinantes sin necesidad de seguir un orden establecido. Esta forma de lectura, más libre y espontánea, invita a descubrir poco a poco las historias de los 80 protagonistas del libro entre los que destacan importantes matadores de toros, banderilleros, toreros cómicos, ganaderos, empresarios y artistas de otras disciplinas, como bailarines, cantaores, motoristas o futbolistas, quienes comparten su vínculo con la fiesta de los toros.

Tras la presentación literaria, el encuentro tomó un giro más personal y emotivo con el testimonio del torero Javier Cortés, quien compartió reflexiones sobre su carrera y vivencias en el ruedo:

¿Quiero ser torero?
Javier Cortés nunca se planteó ser torero. Desde niño tenía claro que tenía que serlo. Sin embargo, una vez que ya era matador, sí se preguntó: “¿De verdad quieres ser torero?”. Esa pregunta surgió en momentos duros, tras percances graves o cuando escasean los contratos. “La respuesta ha sido siempre que sí”, afirmó el matador. También reconoció que detrás de una gran tarde de triunfo, hay un momento de sufrimiento que le ha hecho sacar lo mejor de sí.

El patio de cuadrillas de Las Ventas
En Madrid ha tenido actuaciones muy serias y hay años en los que ha llegado a torear en 5 ocasiones. “El patio de cuadrillas es muy oscuro y muy frío. Nunca te acostumbras, porque cada vez hay más responsabilidad sobre tus hombros”.

La cornada en el glóbulo ocular
El episodio más dramático que ha vivido fue el 16 de septiembre de 2019 cuando un toro en Madrid le pegó una cornada en el ojo. Lejos de guardarle rencor, reconoce que “le estoy muy agradecido al toro de Marqués de Albaserrada. Cada día que me miro al espejo lo sufro mucho. Pero, a partir de ahí, llegó el respeto de la afición de Madrid y faenas muy importantes”.

El miedo a las orejas
Ni los pitones, ni los kilos ni la expresión. Cortés sorprendió a todos los asistentes cuando dijo que “una de las cosas que más miedo me da son las orejas”. El matador aseguró que le dan miedo aquellos toros que empiezan a mover las orejas, tratando de escuchar todo lo que sucede en la plaza, ya que aunque puedan parecer fijos en la muleta, nunca sabe cómo van a reaccionar.

La recompensa de Melilla
En septiembre de este año, Cortés cortó 3 orejas en el continente africano. “Torear en Melilla fue una recompensa inesperada, nunca imaginé que tendría la oportunidad de torear en un lugar así”. El matador invitó a todos los aficionados que puedan a visitar la Mezquita del Toreo, donde hay muchísima afición y se vive un gran ambiente taurino.

Posteriormente, se celebró el tradicional cocido madrileño, durante el cual Javier Cortés donó una muleta para los fondos de la Casa de Madrid en Barcelona, que está próxima a cumplir el 50 aniversario de su fundación.

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