Y llegó, por fin, Domingo Delgado de la Cámara

Ya era hora. Sí, la llegada de un crítico taurino a un canal de televisión, en las retransmisiones de los festejos, ya era hora. Hablando claro y sin tapujos de lo que acontece en el ruedo tanto de toros como de toreros. Y es que hay que diferenciar entre críticos taurinos y comentaristas aduladores amigos del “todo vale”.

Se trata de Domingo Delgado de la Cámara. Un tipo culto y documentado en esto de la tauromaquia. Ya daba gusto leer sus comentarios a través de Facebook así como seguirlo en el canal de YouTube en “suAl Toro por los Cuernos. Que sabe entender la lidia y ver como pocos los comportamientos de los toros de forma rápida.
Y, por fin, llegó a la pequeña pantalla de la mano de Mundotoro tv, algo que se agradece.

Habla con claridad, con honestidad y sensatez y, lo más valioso, con la verdad por delante. Tampoco le duelen prendas para rebatir a sus compañeros comentaristas ni claudica cuando su opinión está en posesión de la verdad sobre lo acontecido. Pero, eso, ya se sabe, no a todos les cae bien y mucho menos a los profesionales. 

En sus intervenciones, no se casa con nadie aunque deje al descubierto, porque tampoco es su interés el ocultarla, su predilección por Morante, aunque, en ocasiones, con el de La Puebla no llegue a ser del todo objetivo. Aun así, al igual que a Morante se le perdonan muchas cosas, a Domingo este hecho también se le perdona.

Y es que durante los últimos años, lo de Canal Toros de Movistar, rozaba el insulto. Los comentarios por parte de la terna de narradores, eran detestables. Ver una estocada en los sótanos y escuchar decir que había caído ligeramente desprendida, u obviar ciertos comentarios negativos sobre los toreros, concretamente con las figuras -porque a los novilleros y matadores modestos sí les daban-, y tapar obscenidades que eran claramente denunciables como la presentación del ganado, transmitía rabia y una sensación de burla hacia el televidente.

Como este es un artículo de opinión, dejo constancia, pues, de la mía, sin pretender que nadie la comparta ni esté de acuerdo. Y es que ya circulan comentarios en las redes, en los que hay a quien la llegada de Domingo no le ha sentado muy bien que digamos.
Hay quienes estábamos hartos del mamoneo descarado del que tarde tras tarde Movistar nos deleitaba. Por cierto, a David Casas, todavía se le sigue viendo el plumero y arrastra la actitud de mamoneo de la que ya hacía alarde en Movistar. Y es que claro, unos hablan con claridad porque no tienen nada que perder y otros tienen coartada la libertad porque, sino, se les acaba el chupe.  

Ahora, eso sí, solo cabe esperar que el sistema no destierre a Domingo y el canal se vea obligado a censurarlo y prescindir de él porque, probablemente, a más de uno; toreros, ganaderos y/o empresarios, no les convenga que disponga diariamente de un micrófono en la mano expresándose, en lo que de momento, parece ser, libremente y sin coacción y así lo exijan a la plataforma televisiva.

El remate, aunque ya es mucho pedir, sería que Víctor Soria, que lleva a cabo las entrevistas en el callejón, sea capaz de meter el dedo en la llaga a los espadas actuantes y que, por ejemplo, cuando Morante pida la jubilación de un presidente tras haberle faltado el respeto encarándose con él por no haberle concedido un trofeo apenas solicitado por el respetable, Soria tenga los arrestos de contradecir al maestro con argumentos más que suficientes y no con un “Amén Jesús”.

Por cierto, en otro orden de cosas, ya que estamos, no estaría de más que, con el fin de agilizar la lidia y no alargar la duración del espectáculo, sería interesante y de extrema necesidad que, La Maestranza, al igual que se procedió en Las Ventas a que, entre toro y toro el picador que ejercerá el próximo turno se coloca y prepara su salida a escena en la Puerta Grande, entre los tendidos 7 y 8, que en Sevilla sucediera algo similar colocándose los del castoreño en la puerta de arrastre, próximos a los terrenos del tercio de varas.

Se eliminarían así tiempos muertos con ese largo trayecto que se realiza actualmente tanto de ida como de vuelta y la corrida no se prolongaría en exceso de manera innecesaria.

Los maestrantes, empresa o a quien competa esta circunstancia podrían valorar este hecho y su viabilidad.