La expectación era máxima. La plaza, un bullicio de gente, y la emoción de ver a los de Zahariche en la arena se apoderó de la afición. Se agotaron todas las localidades y se colgó el cartel de “no hay billetes” apenas una hora antes del inicio del festejo.
Volvió el toro y la respuesta del público fue abrumadora; tanto fue así, que la empresa anunció, tras la muerte del tercer astado, que el próximo 3 de agosto se celebrará una corrida concurso con toros de distintas ganaderías para Andy Cartagena, Antonio Ferrera y Borja Jiménez.
Lea Vicens bordó el toreo a caballo con sus dos toros. El primero, un Miura de triunfo, tenía clase, transmisión y emoción, embistiendo con codicia. La francesa lo llevó durante toda la lidia cosido a la montura, arrancando los aplausos del tendido. El mal uso de los aceros la privó del premio, y todo quedó en una ovación. El triunfo llegaría con su segundo toro, de la ganadería de Fermín Bohórquez, un animal con raza y transmisión. Lo recibió en la misma puerta de chiqueros, dispuesta a jugarse todo. Deslumbró en banderillas y aprovechó cada embestida para culminar la faena en la boca de riego. Mató con un rejón de muerte certero: oreja con fuerte petición de la segunda, que el palco negó.
Manuel Escribano tuvo la suerte de llevarse el mejor lote de la tarde. Recibió al primero con dos largas cambiadas pegado a tablas y un ramillete de verónicas. Compartió banderillas con Colombo, hecho que se repetiría en todos los toros lidiados a pie. Con la muleta, citó en los medios con un pase cambiado por la espalda. Era un toro con recorrido, emoción y transmisión, aunque con el gran defecto de colarse por el pitón derecho. El sevillano cambió de lado y logró arrancarle los pases al natural, uno a uno. Estocada arriba y oreja de ley.
El quinto fue un reflejo del segundo: codicia, nobleza y recorrido. Empujó con bravura en el caballo, el único que lo hizo, pues que volviera el toro no significaba que volviera la bravura ni el tercio de varas. Por el derecho tenía pocas opciones, y Escribano apostó nuevamente por el izquierdo, templando las embestidas y dibujando suaves naturales sobre la arena. Pinchazo y estocada. Oreja.
Colombo fue el gran perjudicado de la tarde, teniendo que lidiar con el peor lote. El primero fue un toro con peligro, que se colaba por ambos pitones, siempre buscando y soltando derrotes en cada pase. El venezolano lo despachó con dos pinchazos, media estocada y descabello. Silencio.
El sexto fue, sin duda, el peor de la tarde: un auténtico marrajo que puso en aprietos al matador. Lo intentó por ambos pitones, pero el toro no ofreció ninguna opción. Macheteo y estocada. Silencio.
Inca, corrida de toros mixta. Lleno: no hay billetes.
Toros de Miura (1°, 2°, 3°, 5° y 6°) y Fermín Bohórquez (4°), para Lea Vicens, Manuel Escribano y Jesús Enrique Colombo.
Toros desiguales en presentación y juego, justos de fuerza.
Ficha del festejo:
Lea Vicens: ovación y oreja con fuerte petición de la segunda.
Manuel Escribano: oreja y oreja.
Jesús Enrique Colombo: silencio y silencio.