Corría el año 1967, cuando un novillo que era conducido al matadero para ser sacrificado, se desmandó y sembró el lógico pánico por las calles barcelonesas.
Un guardia urbano, Domingo Baños Gómez, de 33 años, que se dirigía a tomar el servicio en la Central de Patrullas, se percató del hecho y, saltando del tranvía en el que viajaba, salió en persecución del bicorne huído. A falta de capote, se hizo con una alfombra y con ella estuvo lanceando a la res hasta que ésta pudo ser reducida por los efectivos de la policía municipal.
Domingo Baños se destapó como un auténtico y valeroso héroe y, gracias a su experiencia adquirida en sus años de aficionado, pudo evitar ser volteado por el novillo. Baños había hecho sus pinitos como torero en algunas novilladas y festivales taurinos. Se había tirado en Barcelona de espontáneo en una corrida en la que toreaban José María Martorell, Calerito y Manolo Vázquez en 1953. Más tarde se tiró también en una corrida de las Fiestas de la Vendimia de Jerez de la Frontera.
Baños no encontró la ayuda necesaria para poder desarrollar su carrera como torero. Lo intentó por todos los medios e incluso llegó a torear con la cabeza pelada al cero para llamar la atención de empresarios y aficionados. Con todo, será recordado como el torero que protagonizó una corrida urbana por las calles de Barcelona.
Foto: Sebastián