El pasado viernes, 25 de noviembre, los aficionados catalanes se juntaron para celebrar la Gala de la Tauromaquia Catalana, organizada por la Federación de Entidades Taurinas de Catalunya.
Como ocurrió en ediciones anteriores, el acto fue todo un éxito de participación y sirvió, asimismo, para comprobar la alta temperatura de enstusiasmo y esperanza en torno a la Fiesta de los toros. Catalunya no ha desmentido ni ha abandonado nunca su gran tradición taurina; hizo honor a ella y dió a la historia del toreo páginas imborrables y nombres que brillaron a la par que otros tenidos por verdaderos astros de la constelación taurina como el recordado Joaquín Bernadó que, justamente, se le recordó en la Gala de la Tauromaquia Catalana, entregando un trofeo que lleva su nombre.
Justo es felicitar a la Federación por la organización de tan entrañable acto y por seguir intentando mantener viva la llama del toreo en territorio hostil. No corren buenos tiempos para la lírica en Catalunya y cualquier acto taurino que se programe merece nuestro respeto y apoyo. La actitud de Balañá que, al igual que el perro del hortelano, no come ni deja comer, ha apagado las luces de algunas peñas taurinas que, menguadas económica y anímicamente, ya no pueden organizar los actos taurinos que hace veinte o treinta años, durante esta época, se sucedían casi todos los fines de semana.
La celebración de la Gala Taurina Catalana recuerda que estamos ahí. La afición está desencantada, pero resiste. No hemos abandonado el barco y seguimos rememorando, aún, aquellas tardes de gloria de José Tomás, el torero talismán de Barcelona que los más veteranos compararon con Manolete. O la torería de Manzanares, el último torero que logró cortar 4 orejas en una misma tarde en Barcelona, o la puerta grande de César Rincón, la última conseguida por el colombiano en España, o soñando con la bravura de los toros ‘Zafiro’, ‘Idílico’, ‘Rayito’ y ‘Timonel’ indultados, desde el año 2000, en la Monumental… Los recuerdos siguen vivos, la afición resiste. ¡Solo nos queda volver!