Muy Sr. Mío:
En referencia al mensaje publicado por usted en un multitudinario grupo de whatsapp denominado Reunión Taurinos Unidos (irónico título, por cierto), con fecha 14 de octubre de 2019 a las 0:01 h, en alusión al festival taurino celebrado en Inca el pasado 12 de octubre y -en consecuencia- a mi persona aludiendo los artículos publicados el domingo 13 de octubre tanto en Diario de Mallorca como en Vadebraus.com sírvase este escrito aclaratorio ante las declaraciones por usted vertidas al respecto.
No debiera ser de recibo, Sr. Deyà, que con el reputado calibre que atesora usted tras décadas como reconocido y respetado aficionado taurino, ose a dar cuenta de aquellos festejos a los que, tal y como usted afirma, no ha asistido; el mencionado en Inca, por ejemplo. Teniendo en cuenta la profesión que atesora de prestigioso abogado, debiera conocer que es de obligación y responsabilidad el no caer en la desfachatez de dejarse arrastrar por las opiniones de partes implicadas que le han utilizado para vomitar en un whatsapp, con actitud propia de quinceañero, toda la rabia por ellos contenida. A su edad, D. Ignacio, a estas alturas, que le pase a usted esto…
Antes de continuar, justo es agradecerle y reconocer, el gesto de que un afamado e influyente aficionado de semejante reputación y trayectoria como la suya, tenga a bien la molestia de ocuparse en mis críticas taurinas. Todo un honor se lo aseguro. Críticas que usted califica de nefastas, agresivas, indecentes e insultantes. Ay, Nacho, Nacho, no sabe cuánto dejo en el tintero.
Hay que reconocer y es digno de alabanza, que muestre todo su apoyo a José Barceló ‘Campanilla’, eso le honra como persona y pone de manifiesto su fidelidad y amistad para con el diestro, además de que alabe y vanaglorie el noble entusiasmo, afición y la arriesgada apuesta económica del Sr. Barceló para llevar a cabo la celebración del festival del que -según sus propias palabras- no había ninguna otra pretensión que darle un zasca (vocablo que, por cierto la RAE no contempla, señor abogado) a los antitaurinos y, de paso –según continúa en su manifiesto- pasar una divertida tarde taurina, sin más.
Mi duda es, y desde aquí se la traslado Sr. Deyà; según usted, ¿quiénes eran los que pretendían pasar una agradable tarde taurina sin más? ¿Los propios actuantes haciendo uso y manejando a su antojo las normativas que regulan los espectáculos taurinos omitiendo la decencia que debe imprimirse en un coso taurino frente a un público o quizás se refiere usted a aquellos que pasamos por taquilla por un módico precio de 40€?
Tal y como usted indica, Sr. Deyà, la edad de los astados que se pasaportaron era inferior a dos años, cierto es. ¿Acaso en el argot taurino, eso, junto al nulo trapío, no se denomina “becerrote”? Es que da usted a entender que erré en el calificativo de los bovinos. Becerrotes eran, Nacho. Becerrotes más dignos de cualquier capea al igual que lo acontecido en la lidia del octavo, una absoluta y denigrante capea.
En lugar de vomitar en un whatsapp ejerciendo de mensajero, y teniendo en cuenta que contamos con amigos en común, le hubiese sido de gran facilidad ponerse en contacto directamente conmigo para contrastar la información de los hechos que narro en mi crítica. Cuánto me hubiera gustado haber podido ofrecerle todas las secuencias audiovisuales de las que dispongo y que no hacen más que corroborar mi artículo.
Continúa usted en su declaración, en palabras textuales, que “Campanilla ha cumplido escrupulosamente con todo el mundo y que a nadie le ha faltado su sueldo, su dieta y hasta su taxi”. Pues claro D. Ignacio, como debe de ser., faltaría más. Eso es lo que toca y algo normal que debe imperar. Lo contrario sería lo incorrecto y anormal, sin embargo, usted lo destaca como si fuera un hecho extraordinario el que un empresario cumpla con sus obligaciones.
¿Acaso no trabaja usted para cobrar por los servicios de abogacía prestados? Ay D. Ignacio, vaya luces tenemos.
Con respecto a las fotos publicadas, efectivamente, está usted en lo cierto Sr. Deyà, la imagen que se publicó en Diario de Mallorca de ‘Campanilla’ no era de las mejores que teníamos en la Redacción, pero era un claro resumen, junto a su pie de foto, de la actuación del torero de Muro. No es justo que me acuse de animadversión, pues de dos fotos, tuve la gentileza de ofrecerle y dedicarle la de mayor tamaño para un mayor protagonismo. No podrá negar mi generosidad Nacho. Desde luego, qué desagradecidos somos.
Permítame corregirle en tres hechos destacables en los que sí está usted totalmente equivocado y que muy seriamente debo reprobarle Sr. Deyà:
1- Yo no he criticado –según sus propias palabras- que no se realizasen en Inca los controles de dopaje ni a toros ni toreros. Yerra usted absolutamente. Le aclaro que, vía telefónica, atendiendo la llamada de mi compañero Joan Frau de Diario de Mallorca, fue el propio Pepe Barceló quien manifestó que ni se habían realizado los pertinentes controles antidopaje ni se iban a realizar. Ni a los becerrotes ni a los toreros actuantes. Una genialidad más del torero de Muro, Nacho. Unas declaraciones que pueden acarrearle graves consecuencias administrativas y perjudiciales para la celebración de venideros festejos. Flaco favor a la Fiesta, ¿no cree?
Por lo tanto, lea usted de nuevo y revise bien lo escrito en mi artículo puesto que ni he denunciado ni he exigido ni criticado tal circunstancia. Como anoté y lo reafirmo, fue el propio empresario quien en un habitual y característico alarde de arrogancia lo declaró un día antes del festival a los medios de comunicación. No vaya usted también a poner en mi boca lo que no he dicho. Y en Palma, D. Ignacio, se procedió a levantar las pertinentes actas al respecto con el procedimiento legal que se exigía al respecto. Ah, por cierto, revise también mi crítica de esa corrida de toros de Palma celebrada el 09 de agosto y comprobará que de ‘complaciente crónica’, como usted la cataloga, tiene más bien poco.
No es de recibo que un respetado personaje como usted ose a decir que uso mis medios de comunicación donde colaboro para urdir cualquier tipo de venganza. Un poquito de educación y sensatez Sr. Deyà, aunque sea un poquito.
2- Vuelve usted a mentir cuando afirma que mi pretensión era la de estar en el palco presidencial de Inca como asesor técnico. Ay, Nacho, Nacho, deberían informarle mejor. No es de recibo que un abogado vaya por ahí escribiendo cosas inciertas sin haberse documentado antes. Le aclaro que, por motivos obvios, no me presenté para optar a dicho puesto. No figura en ninguna administración pública, ni mucho menos en el Ayto. de Inca, que era donde correspondía el trámite, no consta, como le digo, ninguna instancia o petición en forma de Registro de Entrada donde yo reclamase o me presentase para optar a dicho puesto. ¿Ve usted Sr. Deyà como hubiera sido mucho mejor contactar directamente conmigo para contrastar?
Por cierto, permítame agradecerle sus elogios como ‘supuesto crítico’ y ‘torero frustrado’ pero debo decirle que, además de no ofenderme ni inquietarme lo más mínimo, cae usted en la desfachatez y el recurso del insulto fácil y más prodigado de todos los improperios a los que estoy acostumbrado recibir. Su categoría de abogado debiera haberle dado luces suficientes para activar las neuronas de la originalidad con blasfemias algo más elaboradas aunque, si me lo permite, lo de caer en el insulto y descalificaciones no le deja en buen lugar, señor abogado.
La honestidad, la sensatez y el respeto que conlleva el enfundarse el traje de luces y no estar a la altura, son motivos ejemplares más que suficientes para aparcar definitivamente ciertos sueños soñados como el de torear frente al respetable. Debieran algunos hacérselo mirar un poquito y aplicarse el cuento, el del ejemplo de la sensatez y de la honestidad y no salir a una plaza de toros a realizar charlotadas y echar por tierra la dignidad de la Fiesta. Una Fiesta vapuleada en la isla tras más de tres décadas por empresarios, toreros, chuflas, intrusos, sinvergüenzas, fantasmas, caraduras varios y periodistas y aficionados que, como usted, son incapaces de meter el dedo en la llaga y denunciar los males que pudren los cimientos de la Tauromaquia.
3- Donde no puedo contradecirle, Nacho, es en sus afirmaciones donde califica a José Barceló y Pedro Alcalá como buenas personas. Ahí claudico. Más que nada porque no les conozco. No reconocería ni siquiera el timbre de voz de ambos. Con 13 años -y tengo 43- cuando inicié mi andadura en el mundillo taurino en Mallorca, mi padre me dejó claro a qué personajes y elementos debía apartar de mi lado y yo era, por aquel entonces, un niño muy obediente. Lo ha entendido, ¿verdad que sí? ¿O quiere que entremos en detalle?
Ahora bien, me reitero, la actuación del palco presidencial de Aina Fe asesorada por el Sr. Alcalá fue nefasta. Un cúmulo de despropósitos e irregularidades. Y como usted no estuvo le aclararé que fue un insulto a la tauromaquia. ¿O va a defender también usted el indulto de un becerro en plaza de tercera sin existir la suerte de varas? Yo le considero un reconocido y serio aficionado, ¿verdad Nacho?
Hágaselo mirar un poquito, Sr. Deyà aunque sea un poquito. Y no venga usted también a tocarme las orejas tras haber leído mis escritos en los que sugería que lecciones, tras lo del sábado, ni una. Opiniones, todas. Lecciones, ni una, pero ni una Nacho. Ni una. Más que nada porque suelo venirme arriba en el castigo y al disponer de la información, el material y los contactos suficientes soy capaz de prenderle fuego al barco de la tauromaquia aunque me hunda con él.
Por cierto, a quien le felicita en el mencionado grupo en un mensaje cargado de odio y homofobia hacia mi persona más propio de la era de los cromañones y los trogloditas, Gabriel Nadal ya le advirtió ayer domingo en Inca que no avivase más el fuego y que dejase las ascuas que se apagasen con el tiempo. Pero, no se preocupe, ese es otro capítulo que puede esperar y del que ahora no sería justo que le restase a usted protagonismo ¿verdad Sr. Deyà?