Morante, que lleva toda la temporada pasada y la actual homenajeando a base de detalles de todo tipo a Joselito El Gallo, estuvo habilidoso y se cayó del cartel el día antes. Un detalle que no debe dejarse pasar, entre otros, de los que conllevan su ausencia. Joselito, que era un hombre de campo y conocía a los toros como nadie, a día de hoy no se hubiese presentado con una corrida como la de ayer en el Coliseo Balear. Ese detalle, tampoco se le ha pasado a Morante y decidió que lo mejor sería ni aparecer por Palma y que, como a Mallorca no era viable llegar en calesa desde Sevilla, mejor que viniese Rita La Cantaora. Rita, tenía ya la fecha comprometida y fue Tomás Rufo quien ocupó la vacante del de La Puebla.
Público jaranero y jaleador que no llegó a ocupar ni la mitad del aforo.
La corrida fue un fiasco total tanto de presentación como de hechuras. De paupérrimas cabezas.
Impresentables para una plaza de segunda categoría como es la del Coliseo y con figuras acarteladas.
Anovillados y flojos recibieron todos un simulacro de tercio de varas. Ni casta, ni entrega, ni pujanza en el primer tercio. Ni un mínimo de clase. Desencanto total. Algunos, incluso, manseando tendiendo a irse en oleadas a terrenos de querencias y con el motor justo.
Lo de anunciar el peso en la tablilla es otra pantomima más que podría obviarse ya que roza el insulto. El trapío de los que salieron ayer por chiqueros no se correspondía al peso expuesto.
Inválido el segundo que rodó estrepitosamente por el suelo durante toda la lidia con el que Cayetano no estuvo acertado por insistente y al que mató de un bajonazo.
El Juli anduvo sobrado con su lote como debe ser normal con ganado como el de ayer. Templado y con quietud en sus dos faenas. Mató de entera al que abría plaza y de pinchazo y estocada trasera al cuarto. Paseó una oreja de cada toro y salió a hombros.
Cayetano, pasó inadvertido con la bazofia del segundo y no acertó con la lidia del quinto que solo buscaba irse. Manso de solemnidad pero el diestro tampoco lo sometió en ningún momento. No acertó con los terrenos que pedía el toro que apretaba hacia los adentros y le puso en apuros. Estocada casi entera. Silencio y saludos fue su balance.
Tomás Rufo no desaprovechó la sustitución y en su primero selló una completa labor en la que destacó su entrega, variedad y valor pero que no consiguió rubricar con los aceros. Pinchó hasta en cinco ocasiones antes de un descabello que le hicieron perder el doble trofeo. Escuchó un aviso. El sexto fue otro paralítico. Voluntad y tesón fueron sus virtudes. Estuvo muy en torero. Estocada contraria y una justa oreja.
Lo acontecido ayer, es la tónica habitual y a lo que ya tiene acostumbrada a la afición mallorquina la empresa Funciones Taurinas, ‘Matilla’s House’ para los amigos.