Al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver. Sabina lo comprendió en Comala. Más de 300 aficionados hicieron caso omiso a la sabiduría del poeta de la voz rota para regresar a la Monumental de Barcelona.
Volvimos 13 años más viejos, algunos ya peinando canas, otros con dos niños y uno más en camino, muchos abuelos y varios que vinieron sin acompañante esta vez. La Monumental abrió sus puertas a un acto taurino organizado por la Federación de Entidades Taurinas de Catalunya con apoyo de la Fundación del Toro de Lidia en motivo del Día Internacional de la Tauromaquia. La familia Balañá, en claro acto de generosidad, cedió la plaza a su afición para la ocasión.
Y allí en el ruedo estaban presentes los dos hermanos, María José y Pedro Balañá. No se cansaron de saludar a los aficionados que se les acercaban muy educadamente, ninguno les reprochó su prolongado y doloroso silencio. Como si no hubiera pasado nada. Charlaron con viejos conocidos con los que habían hecho negocios, pues en el acto se juntaron varios matadores y profesionales del toro: Lería, Porcel, Pérez, Casado, Guillén, Valenzuela, Casanova y tantos otros. María José no soltó en ningún momento el ramo de flores que Lorena Paricio, presidenta de la Federación, le había entregado al inicio del evento en agradecimiento a alguna acción merecedora de ser reconocida con un ramo. Esa parte no me quedó muy clara.
Por mucho que fuera en su casa, fue sorprendente cuánto menos, su presencia en el acto. ¿Qué ha cambiado para que se dejen ver después de tanto tiempo en la sombra? La política actual catalana no es la misma que cuando se revocó la prohibición de los toros. Puede que ya no tengan tantas presiones de la Generalitat. Quizás su conciencia les dice que se acerca el momento de volver a hacer las cosas bien. ¿Hay motivos para ver el vaso medio lleno? Un aficionado se aproximó a los Balañá para agradecerles que hubieran dejado la Monumental para torear (de salón) aunque fuera sin toros, a lo que le contestaron con su ya famoso “de momento”.
Como no podía ser de otra manera, en la puerta grande se concentró una treintena de antitaurinos con el mismo repertorio de siempre. Hay que ver qué poco ingenio tienen. Los medios generalistas trataron de encontrar la imagen del enfrentamiento entre los dos bandos que nunca se produjo.
Frente a los insultos de los antitaurinos, poesía (de Mario Cabré en voz de Vicente Royuela); frente a las amenazas de los antitaurinos, las verónicas templadas de Francesc, Miquel, Curro y Lucía; frente a los gritos de los antitaurinos, los acordes de la guitarra de Paco de Lucía. Lo ponen muy fácil para elegir bando.
Cerró el acto un Victorino Martín muy confiado: “los toros volverán a Catalunya, antes o después”. No se atrevió a decir si en Barcelona o en Olot, donde la Fundación que él mismo preside ya pidió permiso para realizar un festejo en 2019. De esa intentona nunca más se supo. En las manos de Balañá está el volver a hacer feliz a miles de personas reabriendo la Monumental a las corridas de toros. Si llega ese día, Sabina estará en barrera, sumará una contradicción más a su colección y, quizás, tendrá que cambiar la letra de su canción.