Andrés Moreno: “En la plaza he sido uno más, en el campo de los mejores”

La Federación de Entidades Taurinas de Catalunya volvió a registrar un lleno absoluto en el salón de conferencias de su sede para recordar los 40 años de la alternativa de Andrés Moreno.

Andrés Moreno nació en Castril de la Peña (Granada) en 1950. Con 10 años se mudó a Barcelona y es aquí donde descubre la tauromaquia. “La afición estaba en Catalunya, no en Andalucía”, comentó Moreno. Tras torear dos novillos, uno en Andújar y otro en Córdoba, se presenta en Las Arenas de Barcelona, en la penúltima novillada del certamen Esperanza 70. A pesar de su poco bagaje y de la alta competencia entre los novilleros acabó ganándolo. Al finalizar las novilladas del concurso, toreó 6 sábados seguidos más en el coso de plaza España causando un gran revuelo entre los aficionados catalanes. Tras sus buenas actuaciones muchos intentaron desestabilizarlo. “Mis ídolos eran Manolete y El Viti y trataba de torear así. Me acusaron de soso y para demostrar que no lo era empecé a hacer largas cambiadas y otras suertes. Me salí de mi línea y lo pagué caro. Lo duro del toreo es lo que no se ve”, avisó el torero.

En 1972 debuta con picadores en la Monumental acompañado por Currillo y José Ortega con novillos de Conde de Mayalde y Andrés Ramos. Para el propio torero fue “un debut muy positivo. En el primero le corté una oreja y segundo me las cortó él a mi”. También de novillero triunfó con fuerza en Francia donde ganó otro certamen en Arles y se alzó con el distintivo de novillero triunfador de la temporada del sureste francés y dejó buenas tardes en la plaza de Vistalegre de Madrid.

La alternativa llegaría 6 años más tarde, también en la Monumental. El 13 de agosto de 1978 se doctoró en tauromaquia en un cartel compuesto por Julio Robles, Parrita y el rejoneador Ignacio Vargas con toros de Antonio Pérez Tabernero. Durante las 12 temporadas como matador de toros obtuvo éxitos en Barcelona, donde alternó con todas las figuras, y fue el triunfo en el Corpus de Granada del 1981 uno de sus mayores éxitos de su carrera. Moreno, que compartía cartel con Dámaso González y Ruiz Miguel, desorejó a su oponente y fue declarado triunfador de la feria. Al año siguiente, el empresario le forzó para torear la corrida televisada del serial y debido a unos problemas al reclamar sus derechos de imagen correspondientes como torero le costó muchos años volver a entrar en Granada.

Moreno comentó que “el 90% de los carteles que he toreado en Barcelona han sido medianos para buenos, menos el de la retirada que fue muy flojillo. Es una espina que tengo clavada a los herederos de Balañá”. El cartel en cuestión estuvo compuesto por Miguel Vera y Currillo. La decisión de retirarse ese día solo la conocían su mujer, sus hijas y Balañá, al que había pedido una despedida en condiciones, que finalmente no llegaría. “Ha sido mi tarde más amarga de mi carrera. Es la única tarde que no he estado en profesional. Pedro Balañá me midió mucho como hombre. Toreé 36 tardes, 2 tardes con papel acabado y cobraba los mínimos”. De este modo puso fin a su vida en los ruedos vestido de luces en 1990.

Andrés no quiso finalizar el repaso de su vida como torero sin mencionar la importancia que tuvo Andrés del Campo en su toreo. Con este banderillero aprendió la técnica y dio un salto adelante como torero. Del Campo también fue un hombre muy ligado a la trayectoria de Joaquín Bernadó. Si el catalán y el granadino fueron toreros respetados por los toros fue en parte  gracias a los consejos de este subalterno, según explicó Andrés. Respecto a esto Moreno dijo que “yo me he arrimado a los toros, pero hay que arrimarse bien. Muchas veces las cornadas son errores de los toreros”.

Pero si algo caracteriza la trayectoria del invitado es la gran cantidad de tentaderos que realizaba cada año. El propio torero explicó que rara era la temporada que no toreara 200 o 300 vacas en el campo. “En la plaza he sido uno más, en el campo de los mejores”, sentenció el Andrés torero antes de dar paso al Andrés ganadero.

Dos años después de su despedida crea la ganadería Verónica y Alicia Moreno. “Es una finca de 1000 hectáreas, entre los 800 y 1200 metros de altitud, difícil de trabajar, pero es la que se arrendaba. Empecé con 13 vacas viejas de Benito Mora y ahí estoy, sin un duro, pero el más feliz del mundo”. Después compró 25 vacas de Gerardo Ortega (Algarra) y varias vacas más de Caridad Cobaleda. “La ganadería la he formado con tres cosas distintas, pero ahora puedo decir que el comportamiento es homogéneo”.

Para concluir el acto Andrés Moreno comentó que “yo me siento torero y ganadero de aquí. Estoy muy cómodo en esta tierra”.

En la mesa le acompañó el también matador Ángel Lería, con el que mantiene una relación de tío-sobrino. Según Moreno, su buena relación empezó debido a la valentía de Lería al debutar con caballos en la Monumental habiendo toreado solo algún becerro antes. El torero catalán siempre resolvió y dejó buena imagen en sus actuaciones en Barcelona.

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