Si hay algo que le gusta a un taurino y presume sin tapujos y como si el mañana no existiera son las colas en las taquillas.
Estamos cansados ver todos los días del mes de agosto en los medios taurinos las fotos de las colas en las taquillas de casi todas las plazas de toros pasando desde las plazas de primera hasta los pueblos. Donde casualmente las fotos son del día que se venden las entradas sueltas y no los abonos de toda la feria. Si esas fotos se pueden hacer es debido a que la gente ya no se vuelve loca por conseguir un abono, va a un par de festejos y quizás volvamos el año que viene. Son muchas las razones y todas apuntan a las nefastas gestiones que sufren la mayoría de las plazas. La gente ya está cansada que se rían en su cara un año sí y otro también.
Por no decir que en pleno siglo XXI es vergonzoso tener que estar una hora haciendo cola para sacar entradas a un espectáculo, los empresarios taurinos siguen sin modernizarse y las empresas que venden las entradas por alguna web es desesperante. Pero ellos prefieren ver las colas para hacer sus fotos y parecer que aquello estará a reventar todos los días. El empresario bueno no es el que llena con Roca Rey o el día de la feria de la ciudad poniendo a tres figuras. El empresario bueno es el que llena las plazas con las novilladas, con los que empiezan, con los veteranos y con las figuras y casualmente ese es el que no existe. Se demuestra con las fotos que no mandan a sus medios allegados con los tendidos semi vacios ya que lo fácil es mandar la foto de la gente de la taquilla tapando su nefasto trabajo y engañando al personal.
Pónganse a trabajar por el bien de la tauromaquia y déjense de mandar fotos de la gente esperando en las taquillas, que lo único que hacen con eso es perder credibilidad.