El Tribunal Constitucional francés ha legitimado plenamente la vigencia de la Fiesta de los toros en tierras galas. Es una excelente notícia que va acorde, además, con las leyes aprobadas para regular las concentraciones antitaurinas y para establecer severas sanciones a todos aquellos animalistas que traspasan el umbral del respeto y sacan su instinto animal- que para eso los defienden- en actos de violencia y terrorismo.
Francia, además, ofrece un espectáculo auténtico, sin desnaturalizar la esencia del mismo y dando el principal protagonismo a la figura del toro íntegro, sin manipulaciones ni ortodoncias. En el país vecino no hay la imposición del monoencaste y se abren los carteles a todo un grupo de toreros muy interesantes que aquí, en España, son ninguneados o relegados en plazas de circuítos complicados dónde no van las figuras por la incomodidad del toro que echan.
Todo esto pasa en Francia, al lado de una Catalunya ninguneada por un Tribunal Constitucional que, tras cinco años, aún no ha sido capaz de pronunciarse sobre la posible inconstitucionalidad de la prohibición de los toros y al lado de una España desnortada con ‘podemitas’ y animalistas que juegan vilmente con el devenir de la Fiesta ante el estupor de la afición y la indiferencia de los taurinos más preocupados ellos en silenciar la bravura de los ‘Ana Romero’ de Azpeitia y en tapar el fiasco juanpedril del domingo en la plaza de El Puerto que en la indisoluble unidad de la família taurina ante un cancer maligno que empieza ya a erosionar plazas de nuestro engranaje.
Foto: Sebastien Lecluse
Mejor resumen imposible.