Interesante corrida de Juan Luis Fraile

Céret. Casi lleno. Toros de Juan Luis Fraile. Serios y bien presentados. Destacó el primero. Tercero y quinto complicados.

Sánchez Vara, de rosa y oro (vuelta al ruedo tras aviso y silencio),Pérez Mota, de azul marino y oro (vuelta al ruedo tras aviso y ovación con saludos) y César Valencia, de obispo y oro (ovación tras dos avisos y silencio).

Empezó bajo un sol de justicia la segunda de feria. Los de Juan Luis Fraile muy bien presentados, duros y desiguales en juego protagonizaron una matinal entretenida con buenos tercios de varas, ajustados pares de banderillas y meritorias faenas.

Sánchez Vara se encontró en el que abrió plaza al mejor toro de la corrida. Entró tres veces al caballo arrancándose de lejos. Después de cumplir sin lucimiento el tercio de banderillas brindó el toro a los aficionados catalanes que habían desplegado dos pancartas reivindicando el toreo en su tierra al romper el paseíllo. Con la muleta abusó de pico y estuvo muy despegado y vulgar, tanto en este primero como en su segundo. Los mejores momentos llegaron con la izquierda aunque tampoco consiguió coger vuelo. Tras pinchar en la primera ocasión cobró una estocada tendida. El toro fue ovacionado en el arrastre y el de Guadalajara dio una vuelta al ruedo. Recibió al cuarto de la tarde con una larga cambiada, colocó al toro dos veces en suerte aunque poco se le picó. Lo más destacado fue el tercio de banderillas donde Raúl Ramírez realizó el salto de la garrocha. Sánchez Vara tiró de oficio y de técnica. No cruzó la línea en ningún momento. Vulgar.

Pérez Mota consiguió los mejores momentos de la matinal con el segundo bis. Toreó con la mano baja y templado. Bien es cierto que en alguna ocasión descargó la suerte más de lo debido. El toro se rajó por completo después de un bonito cambio de mano del gaditano y ,aculado en tablas, se puso muy difícil para matar. Pinchó dos veces antes de enterrar la espada y dio una vuelta al ruedo. Este segundo fue realmente bien picado por el francés Gabin Réhabi que consiguió el trofeo al mejor picador de la corrida y bien banderilleado por Juan Manuel Pérez Mota, que se desmonteró. El toro titular se mató en el burladero. Mejor dicho lo mataron. Chocó dos veces en el burladero persiguiendo los capotes de los banderilleros y se descordinó. Antes de ser devuelto prendió por el pecho, de una manera muy fea, a Pérez Mota cuando se estaba estirando a la verónica. Por suerte, todo quedó en un susto. El quinto de la tarde fue más complicado y Pérez Mota trató de entenderlo. Estuvo valiente y con ganas, pero no llegó a más la faena. Después de matar de una buena estocada saludó una ovación. Muy correcto toda la corrida sin amedrentarse. Digno.

Entró César Valencia sustituyendo a Morenito de Aranda, que después de su paso por Madrid le entraron dolores en las rodillas. ¡Qué cosas! El joven venezolano estuvo valiente y muy entregado toda la tarde. Muy verde con las telas (y todavía más con los aceros) se vio cogido en varias ocasiones, pero no huyó nunca ni con el complicado tercero ni con el que cerró plaza. En su primer toro, que brindó también a los aficionados catalanes, lo puso tres veces al caballo. Antes de entrar a matar realizó unas ajustadísimas manoletinas que asustaron al tendido. Se eternizó con la espada y a punto estuvo de escuchar los tres avisos. En el sexto, ovacionado de salida que fue mínimamente picado por Tito Sandoval, volvió a estar voluntarioso. Con la espada volvió a perderse. Valencia, muy de verdad, demostró sus ganas y lo poco rodado que está. Valiente.

Finalizó con 15 puyazos una corrida larga en cuanto a duración pero que no se hizo pesada a pesar de la falta de raza, salvo los dos primeros, de los de Juan Luis Fraile.

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