La Catalunya taurina se da un homenaje en Vinaròs

Ni uno, ni dos, ni tres, sino cuatro jóvenes catalanes debutaron de luces en una novillada sin caballos ayer en Vinaròs (Castellón). Si ya era un éxito el hecho de que estos cuatro alumnos de la Escuela Taurina de Catalunya, que tenían 4 y 5 años cuando se prohibieron los toros en Catalunya, se acartelaran juntos en una novillada, el triunfo se puede considerar mayúsculo después del nivel que mostraron en la cara de los erales.

Todo salió a pedir de boca. El público acudió a la cita y se generó un buen ambiente en los tendidos, los novilleros disfrutaron y triunfaron, los animales embistieron y hasta el viento respetó a los actuantes. Solo hubo un punto negativo: que esta gran novillada tuviera que celebrarse a 200km de Barcelona por la cabezonería de Balañá de mantener la Monumental cerrada al toreo.

Mario Vilau, de L’Hospitalet de Llobregat, salió a por todas para marcar el nivel de la tarde. De rodillas esperó un par de minutos a que saliera su novillo y después de librar la portagayola le recetó cuatro faroles más de hinojos. Empezó una faena que estaría llena de dominio y solvencia, hincado en el centro del ruedo. Vilau entendió a la perfección al de Buenaventura y lo cuajó por ambos pitones. Lo toreó largo y templado, hizo lo que quiso con él sin titubear en ningún momento. Mató de una estocada casi entera y paseó dos merecidas orejas.

Espoleado por el triunfo de su compañero salió Hugo Casado. Y es que entre la afición catalana ya hay quien se decanta por Vilau y quien prefiere a Casado. El barcelonés recibió a su novillo con un buen ramillete de verónicas rematadas con una media en los medios. El eral, bruto y sin ganas de seguir la muleta, lo puso complicado en el inicio de faena. Tras un par de tandas de análisis, Casado dio con la tecla y empezó a torear. Y cómo toreó. Imprimió gusto y sentimiento a cada muletazo que trazó, dejando dos naturales para recordar. La espada cayó trasera y el animal tardó en doblar, provocando que el premio quedara reducido a una oreja.

Alba Caro comenzó con una larga cambiada en el tercio y una vez levantada lo toreó a la verónica. Consiguió dominar los nervios iniciales y con la muleta lo vio claro, no le importó que el novillo le pasara por la barriga y toreó como ella lo siente. La de Santa Coloma de Cervelló conectó rápidamente con el público, se gustó toreando por ambos pitones en una faena medida a la perfección. Mató a la primera con una estocada efectiva y dio la vuelta al ruedo llena de alegría con dos orejas en la mano.

Todo estaba saliendo rodado, ya solo faltaba despejar la incógnita de Marcos Adame. Es el más nuevo de todos, con tan solo media docena de becerras toreadas en el campo como bagaje. El de Calafell, no de Aguascalientes, se abrió de capa con soltura para ir ganándole terreno a su oponente. Suplió su falta de técnica con arrojo y valentía, consiguiendo muletazos ligados muy meritorios. Mató en el primer encuentro y cortó una oreja muy bien ganada.

Abrió cartel el novillero de la tierra José Almagro, muy arropado por un gran número de seguidores. Su actuación fue todo ganas: se fue a portagayola, compartió terció de banderillas con su padre, con la muleta se peleó con el novillo y cerró faena con unas ajustadas manoletinas de rodillas. No consiguió enterrar la espada en ninguna de las ocasiones que entró a matar y su faena fue premiada con un apéndice.

Vinaròs (Castellón). Domingo, 16 de abril de 2023. Entrada: Un tercio de plaza. Se lidiaron 5 novillos de Buenaventura nobles y de buen juego, pero justos de fuerza. José Almagro, oreja; Mario Vilau, dos orejas; Hugo Casado, oreja; Alba Caro, dos orejas y Marcos Adame, oreja. Se cortó la coleta el banderillero catalán David Valenzuela.

Foto: Jesús Grasa