Las Fallas, a examen

Las Fallas 2016 ya son historia. Valencia suponía el primer puerto de la temporada. Estaban casi todos los que el aficionado quería ver y ahí estuvieron.

Una feria resumida en cinco calificaciones. Allá van.

EXCELENTE: Una vez más, el que paga, el que sustenta, el que sufre. El aficionado. El que pasa por taquilla. El que recorrió las calles de Valencia para exigir respeto en ese 13M. El que defendió a plena voz su pasión, el que eligió los días claves para llenar los tendidos del coso. Al que le volvieron a meter corridas de toros indignas, porque calla, de momento. Aún así, estas Fallas quedarán marcadas porque los anónimos, auténticos protagonistas de esta Fiesta, no fallaron. Volvieron a acertar. Y cuando rompan el silencio de ceremonia a las cinco de la tarde, me quedaré sin notas para darle. De todas maneras, siempre al lado de los míos. Aunque no comulgue con su ceremonia.

NOTABLE: Si es que se puede dejar al margen la pésima nota del ganado, dos toreros pueden alcanzar esta Roca Reycalificación. Uno por la frescura e insultante desparpajo. El otro por lo que apuntó y promete. Roca Rey supone un puñetazo en la mesa en toda regla, anormal de todas maneras su forma de estar y hacer en la corrida de Victoriano. Y José Garrido porque nunca fue el tercero en la revolución. Para muchos sigue ocupando la punta de lanza de los nuevos a seguir. Cortó dos orejas a la mansa corrida de Capea, por tres del peruano. Savia nueva que prendió la mascletà en el ruedo.

 

BIEN: Andy Younes, Juan del Álamo, El Juli, López Simón, Andy Cartagena y Cayetano lograron abrir la puerta grande, y solo el último le cortó las dos a un toro. Así, todos juntos pero no revueltos. Si el novillero puso todo su poco bagaje a merced de su triunfo, del Álamo consiguió una fallera salida en hombros, mientras que Juli reaccionó con sus armas de figura al presumible ataque que iba a sufrir de Simón. En su línea el primero y por debajo de muchas cosas el segundo. Y Cayetano, pues eso, dos orejas por darlo todo con cierto aire de un chaval que llega. Y ni llega ni es tan chaval.

SUFICIENTE: Aquí entrarían estos dos, Talavante y Ginés Marín. Sin puerta grande, dejaron patente que anteTalavante tan poco oponente, con ver lo que intentan hacer y, sobretodo, el como, llega a ser suficiente para pensar que cuando a Alejandro le embista un toro volverá a dejar claro el abismo entre él y los ex G. Marín anda tan sobrado con novilladas como la que le anunciaron en estas Fallas que todavía hay más ganas de verle con el cuatreño. Será pronto. Otro más, mejorado, más suelto y con frescura. Román, alejado de las garras que lo apoderaban, no pudo estar ni mejor ni más valiente. Y cierran otros dos, que puntuaron ante la de Adolfo: Rafaelillo (tan lidiador como un sector que le ensalza) y Paco Ureña (milagrosamente ileso después de media docena de buenos naturales)

INSUFICIENTE: Los puestos copados para los toreros valencianos no hicieron honor al lujo de anunciarse en esta feria. Ni Chover, ni Climent, ni Duque, ni, por supuesto, El Soro. Lo de este último inclasificable, lamentable. Ni debe pedir nunca más ni se le debe conceder si lo hace. En definitiva, que el pasaporte valenciano no sea un cheque para entrar en la feria. Y como valenciano, Ponce tampoco aprueba. Motivo: como torero de esa plaza, un mayor compromiso que anunciarse con una tullida y terciada corrida de Cuvillo es exigible.

DEFICIENTE: Haciendo un esfuerzo, se puede rescatar al cuarto novillo de López Gibaja. Pero en líneas generales el ganado lidiado en estas Fallas cuando no fue chico, fue inválido. Y cuando se movió, demasiados mansearon de manera alarmante. Pero lo peor, sin duda, la presentación de los toros en cuanto se anunciaron las figuras (antes de ellos tampoco mejoró mucho), sospechosos de todo, sin el trapío mínimo exigible para una plaza de primera, según dicen. Una falta de todo más que preocupante. Además, quedó instaurada la corrida de toros sin picadores (que mal futuro le espera a este gremio). Los presidentes cedieron por la mañana al aprobar esos toros y les faltó valor para devolver por la tarde los muchos que lo merecieron. Así, los triunfos y las puertas grandes quedan minimizadas por un escaso y casi inexistente oponente. Que no vengan con ningún rollo de que este toro coge igual. Nadie lo pone en duda. Pero ya que es así, que apuesten por el que además de poder hacerlo, tenga la capacidad de hacer llegar al tendido la emoción del peligro. El 13M ganará en su sentido si en la plaza manda el rey. El toro que permita una lidia completa. No es cuestión de cambiar el reglamento: se trata de que le toro sea apto o no para una lidia que por algo se divide en tres tercios.

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