Ceret se rinde a Maxime Solera

Pudo haber acabado todo antes de pegar un capotazo. Maxime Solera se dirigió a la puerta de toriles para recibir de rodillas al tercero de Monteviejo. Badilero apareció como un tren y le arrolló, el impacto fue espectacular. Solera salió despedido hacia el centro del ruedo. Se temía lo peor, parecía que lo había partido en dos, pero se levantó rápidamente sin mirarse para pararlo a la verónica. Era un milagro que no tuviese nada. En ese momento nos dimos cuenta que el toro se había roto el pitón derecho en el burladero mientras todas las miradas las concentraba el francés. Fue devuelto a corrales y en su lugar saltó al ruedo un buen novillo de Urcola, al que Solera también recibió a portagayola. Cuestión de raza. La cuadrilla trabajó a favor de obra: bien picado, aunque poco, por Pepe Aguado, correctamente lidiado por Omar Guerra y arriesgados pares de Fernando Casanova, que se desmonteró. Solera le dio distancia en las primeras tandas y el toro se venía franco. Lo toreó templado por ambos pitones dejando muletazos de buena factura. Solera estaba cuajando el noble novillo de Urcola. Hurón seguía embistiendo con calidad a la muleta suave de Maxime, encajado y firme. La faena estaba hecha y ¡qué faena! Esta vez las orejas no se podían escapar con la espada. Cuadró el toro y una vez en medio de los pitones tiró la muleta y luego se abalanzó sobre la testuz del utrero, que le lanzó por los aires con tan buena fortuna de dar un tirabuzón y caer de pie. La espada había entrado -un pelín trasera- y le cortaría las dos sin ninguna duda. La plaza era un manicomio. Cuando mató el novillo en el segundo intento con el verduguillo la plaza se tiñó de blanco. Dos orejas unánimes cortadas con mucha fuerza por la vía de la épica y del toreo verdadero. Solera había conseguido un sueño. Solera había hecho historia. Ningún novillero había desorejado un novillo en los 32 años de existencia de la ADAC.

Al último de la matinal, de la ganadería titular, Maxime lo recogió bien en el tercio sacándoselo a los medios. La cuadrilla volvió a estar a gran nivel siendo en esta ocasión Omar Guerra el que se desmonterara. Corniverde tenía un peligro sordo en sus sosas embestidas. Andarín y sin acabar de emplearse, no era fácil estar delante de él. El novillero francés lo intentó por ambos pitones y a final de faena consiguió hacerse con él, dejando muletazos poderosos sobre la diestra y pasándoselo muy cerca. Al natural faltó acople y suavidad para terminar de redondear la faena. Una estocada recibiendo y un descabello puso punto y final a una matinal histórica para Maxime Solera.

Regresaba a Ceret Aquilino Girón tras su digna actuación del año anterior y en esta ocasión dio una imagen totalmente diferente. Estuvo toda la mañana a merced de la de Monteviejo, sus dos oponentes le perdonaron la vida en repetidas ocasiones. Sin sitio, lento de piernas y de cabeza se las tuvo que ver con el lote más complicado. Fue el cóctel perfecto para asustar al tendido. Su muleta no tenía ningún mando. Aquilino estaba jugando a la ruleta rusa, pero con más de una bala en la recámara. Crujidor y Cidrón no le regalaron nada al granadino. Sufrió cogidas en sus dos faenas y fue un milagro –otro- que pudiera salir por su propio pie. Fueron duros y muy complicados y costaba que siguieran la muleta. A pesar de no estar acertado, sí que estuvo honrado y sin engañar.

Ejerció- perfectamente- como director de lidia Juan Carlos Carvallo. El extremeño estuvo toda la novillada pendiente de su labor, vigilando todos los detalles y buscando el correcto desarrollo del festejo. Sin embargo, su profesionalidad quedó ahí, no se le vio la ambición y el querer que pedimos a los novilleros. Pulcro estuvo con Cacharrero, un encastado y complicado primero que no se lo puso fácil por el derecho. Más opciones tuvo el pitón izquierdo, pero Carvallo nunca dejó la ayuda ni se la dejó puesta para que repitiera. Demasiado conservador. En el cuarto tampoco cambió su actitud a pesar del triunfo de Solera unos minutos antes. Más noble que el primero aunque transmitiendo peligro también fue Batanero. Falto más entrega y querer por parte de su matador y la faena no generó mayor interés.

Con la salida a hombros de Maxime Solera se dio por concluida una dura novillada de Monteviejo, perfectamente presentada aunque desigual y bien armados por delante. En el caballo no dio buen juego a pesar de recibir una media de tres puyazos cada utrero. El sobrero de Urcola resultó ser el mejor novillo de la matinal.

 

Fija del festejo

Ceret (Francia), tres cuartos de entrada. Domingo, 14 de julio de 2019. Novillos de Monteviejo, duros y complicados en líneas generales y noble y soso el sexto. El tercero bis fue de Urcola y resultó ser el de mejor condición.

Juan Carlos Carvallo, silencio tras aviso y ovación con saludos tras aviso.

Aquilino Girón, ovación con saludos y ovación.

Maxime Solera, dos orejas tras aviso y vuelta al ruedo tras aviso.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *