El recuerdo de Antonio Borrero “Chamaco” vuelve a Barcelona, gracias a la Federación de Entidades Taurinas de Catalunya y a la conferencia que, sobre su figura y trayectoria, ha organizado, para el próximo mes de febrero, en su habitual ciclo de invierno.
Chamaco, aunque nacido en Huelva, se inventó en Barcelona. Su fama fue tal, que incluso se celebraron cinco novilladas seguidas en una misma semana, llenándose la plaza cada día. Y su poder de sugestión colectiva llegó hasta el extremo de que cierta tarde, después de un festejo en el que había actuado con relativo éxito, se anunció: “Mañana, Chamaco y dos más. El taquillero de la Monumental dijo que era la primera vez en su vida que había despachado entradas para una corrida en la que se desconocía el nombre de los otros dos espadas y la ganadería. Daba igual. Lo que importaba era “Chamaco”, un fenómeno social que encarnaba las aspiraciones de los centenares de miles de hombres y mujeres que habían venido a Barcelona, huyendo de la pobreza de su tierra, para ganar un nivel de vida mejor, para triunfar, en una palabra, y triunfaban cada tarde con los éxitos de “Chamaco”.
El fenómeno “Chamaco” apenas se dejó sentir fuera de Barcelona. En Madrid, por ejemplo, no consiguió jamás un triunfo definitivo. Chamaco era un torero de aquí, “dels altres catalans” y encajaba perfectamente en su clima, quedando como desplazado fuera de él.
La vuelta de “Chamaco” a Barcelona, glosado por el prestigioso crítico Antoni González, es un acontecimiento a tener en cuenta. Reivindicar su revolucionaria figura en la deteriorada Barcelona actual, supone un acto de modernidad. Hacer oir la voz de la afición taurina en Barcelona es, también, otro símbolo de luz y rebeldía frente a las posiciones enfermizas de ciertos sectores que solo buscan obviar y silenciar la gran historia taurina de la ciudad condal.