El salvavidas de Jesulín

Desde hace un tiempo parece que a los matadores les haya dado por querer torear con la solemnidad de El Viti, aun no teniendo casi ninguna cualidad para hacer el toreo bueno. Dicen que esto es muy serio, quieren sentirse, poder expresarse y no sé qué tópicos más y acaban especializándose en una tauromaquia vulgar y previsible. Mientras, faltan maestros del rodillazo y el desplante que caigan simpáticos y sean cercanos con el público ocasional. Estamos huérfanos de ese torero con el que la tieta apaga el Secreto del Puente Viejo para ir a la plaza. También es cierto que el día que uno muerda un pitón Twitter lo lincha.

Urdiales torea como los otros sueñan, pero lejos de cuatro locos ¿quién le conoce?
– El otro día fui a ver a Aguado.
– ¿Y ese quién es? ¿El de Hermano Mayor?
-Sí, sí… ese.

En cambio, toreros con una tauromaquia fast food les conoce toda España. Muchísimo mérito –y visión de mercado- han tenido toreros como Padilla, El Cordobés, Fran Rivera, Jesulín o El Fandi, al que algunas hasta encuentran guapo… (Espero que fuese efecto del sol abrasador de Granada). Con ellos retirados o en el ocaso de sus carreras, el futuro se intuye preocupante para la tauromaquia. Y más si Cayetano deja de aprovechar ese nicho de mercado que lleva sus iniciales en mayúsculas pensando que todavía puede ostentar la categoría de figura. ¿Quién ofrecerá espectáculo con una sonrisa en la cara en cualquier rincón de España? Estos toreros se han forrado prácticamente sin pegar un buen muletazo y de momento parece que la gran mayoría de los actuales se retirarán tiesos. Eso sí, con mucha seriedad y expresando lo que llevan dentro, sin llevar ni a sus amigos a la plaza. Cada uno es dueño de su hambre.

La popularidad y el carisma brillan por su ausencia en el escalafón actual y parece que de eso se aprovechará nuevamente Jesulín, que acaba de anunciar un tour de varias corridas en 2020. Qué bueno sería ver a algún torero en El Hormiguero versionando el Toa, Toa y compitiendo en cualquier chorrada con Pablo Motos, asumiendo que se habrá pasado toda la semana practicando para ganarle. Aunque puestos a elegir, preferiría algún ligoteo fugaz con Bad Gyal y así modernizar el concepto de relación folcórica – torero. No, María Toledo y Esaú no cuentan. Estamos perdiendo minutos televisivos que valen oro.

Mientras ningún apoderado vivaracho se decida a fabricar un torero apto para una terna mediática que ocupe portadas del Hola y se de dos vueltas a España, seguirán volviendo a los ruedos toreros como Jesulín o Fran Rivera para seguir llenando plazas y llevándoselo calentito. Siempre nos quedará la intentona de Israel Lancho, que participó en GH VIP aunque luego no toreó ni en Badajoz. Para ser mediático también hay que valer.

Un comentario en “El salvavidas de Jesulín

  1. El artículo dice una gran verdad: los toreros “mediáticos” también son necesarios. Y sí, no se vislumbra ningún sucesor de los Jesulín y compañía.

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