Uno de los múltiples salones del restaurante Salamanca, en la Barceloneta, se llenó de medio centenar de aficionados para recordar a Julio Robles, que tal día como hoy hace 50 años se doctoró en la Monumental catalana.
El acto, organizado por la Federación de Entidades Taurinas de Catalunya, sirvió para presentar el último libro de Paco Cañamero titulado “Capea – Robles. 50 años de competencia y torería”. El autor aseguró que en Salamanca esos dos toreros levantaron pasiones similares a las que Joselito y Belmonte consiguieron a principios de siglo pasado, incluso en ocasiones sus partidarios llegaron a las manos.
Capea y Robles fueron dos toreros muy relevantes con conceptos opuestos. El periodista salmantino comentó que el primero era todo ambición y ganas de triunfar, pero tardó 10 años coger poso y temple. En cambio, Julio tenía pellizco y torería, pero no fue hasta el 83 que se convierte en un numero uno.
En la mesa acompañaron a Cañamero el tesorero de la Federación Enric Ubiñana, Silvestre, propietario del restaurante, y Florencio García, presidente de la Casa de Madrid en Barcelona. Entre los asistentes estuvieron dos futbolistas históricos del Real Club Deportivo Español, Rafael Marañón, máximo goleador de la entidad, y José María Sánchez Rodilla.
Por la mañana, el propio Cañamero y otros aficionados acudieron a la Monumental de Barcelona a depositar 5 claveles en memoria de Robles. Hizo acto de presencia, el propietario de la plaza Pedro Balañá.