Es la plaza más antigua de la isla, data del año 1892. Declarada como Patrimonio Histórico al estar ubicada dentro de los muros de la fortificación Bastió de Sant Ferran y enclavada entre las murallas renacentistas que caracterizan y distinguen a la ciudad. Es de titularidad pública.
Hace cinco años que no acoge espectáculos taurinos. Hasta entonces, durante más de seis lustros, la organización de las novilladas y festivales que se celebraban corrían a cargo de la empresa Asociación Alcúdia Taurina. En 2021 el Consistorio, con Bàrbara Rebassa al frente como alcaldesa, desterró la tauromaquia manifestando que su plaza de toros no volvería a celebrar espectáculos taurinos y que, por lo tanto, la plaza no se va iba a sacar a licitación. A día de hoy se encuentra en un deplorable estado de abandono. Los tendidos y el muro que conforman el redondel presentan un horrible y preocupante deterioro. Además, las dependencias de los corrales, desolladero y chiqueros se han convertido en un auténtico vertedero de residuos que los hacen impracticables y carentes de salubridad. Las puertas de acceso a taquillas, bar, enfermería y otras dependencias se encuentran destrozadas. Su futuro es incierto.