La Fundación del Toro de Lidia cuenta ya con delegación en Baleares. Con la intención de conocer la ruta a seguir y la agenda marcada, entrevistamos a su presidente, el abogado Tomeu Simonet, un joven y respetado aficionado que imprime pasión poniendo el alma en esta andadura.
¿Qué significa que la FTL disponga de una delegación en Baleares?
Volver a la primera fila en la batalla tanto jurídica como económica para mejorar dichas condiciones y poder celebrar toros con garantías.
¿Cómo y cuándo surge la idea de establecer esta delegación?
Trabajamos desde hace tres años. La pandemia pospuso su creación. Hemos sentado las bases del proyecto y en cuanto la situación lo permita empezaremos con fuerza.
¿Cuáles son la función y los objetivos?
Nos centraremos en el ámbito económico y jurídico que consiste en la lucha del cambio de la regulación actual que dificultan la celebración de festejos y para que estos sean rentables económicamente. Impulsar una reforma de la ley taurina como de otras leyes que tienen relación con la tauromaquia, fundamentalmente las fiscales.
En el aspecto tecnológico apostamos por establecer un sistema que refuerce la presencia en RRSS y la creación de contenido digital.
Reactivar la masa social creando amigos de la Fundación para, con una mínima donación, obtener mayor posibilidad de financiación lo que proporcionaría la capacidad de realizar actividades y eventos culturales.
¿Quiénes le acompañan en esta travesía?
La Junta Directiva la componemos Julio García, Responsable del área de Tecnología; Ignacio Antonio Sáez, Responsable del Área de Comunicación; Petra Kováč, Responsable de RRSS y yo mismo como Responsable del Área Jurídica y Presidente del Capítulo balear. Además, tres colaboradores; Nacho Deyá encargado de las relaciones con las Administraciones, Mariano Servera y Juan Antonio Álvarez quienes, con el resto del equipo, se ocuparán de las relaciones sociales y/o empresariales.
No nombra usted a profesionales del sector.
Debido a su escasez he apostado por dejarlos fuera de la Junta Directiva precisamente para beneficiarles y evitar así tanto posibles intereses personales como las desavenencias por poder sentirse discriminados unos y otros no. Me he reunido con ellos, les he expuesto el proyecto y los motivos de mi decisión y les tiendo la mano para que nos trasladen sus inquietudes y, por supuesto, contamos con ellos.
¿Es consciente de que el panorama político juega en su contra?
Totalmente. Por tal motivo la importancia de esta lucha se acrecienta. No hay un solo partido político en baleares que beneficie a la tauromaquia porque en los últimos treinta años ha gobernado tanto la derecha como la izquierda y todos la han perjudicado seriamente.
La actualidad taurina en Mallorca es desoladora, ¿cómo cree usted que se ha llegado a esta situación?
La decadencia ha sido progresiva incluso previo a la aprobación en 1992 de la ley de bienestar animal que fue la primera estocada de la tauromaquia en Balears. Ley que, por cierto, aprobó la derecha. Desde entonces se ha ido echando a la gente de las plazas con programaciones taurinas que han ido a peor, con toros muy chicos con pocos pitones y cuerpo, con toreros repetidos hasta la saciedad y con entradas muy caras.