Como los pimientos del padrón

Como los pimientos de padrón, unos pican y otros no. Es la mejor forma de definir la novillada de Raso de Portillo, con un lote picante y dos no picantes caracterizados por la nobleza.

Abrió la tarde Alejandro Fermín que se estiró  a la verónica para recetarle dos buenas por cada pitón a “Albarado”. Tres entradas al caballo arrancándose a una distancia corta siendo la primera la mejor pelea y en el resto dejándose pegar a pesar que el varilarguero lo dejase como un colador. Lo quitó Fermín por chicuelinas con más ajuste que estética. Empezó con gusto el extremeño su faena y enseguida se llevó la muleta a la izquierda donde enjaretó buenos naturales que fueron silenciados por el público debido a la nobleza y sosería del novillo por ese pitón. Por el derecho nada a destacar por la falta de casta de “Albarado”. Terminó su faena con unas manoletinas previas a una estocada con la que tardó en caer el novillo y escuchó un aviso para ver silenciada su faena.

Volvía Maxime Solera a Boujan después de la paliza del día anterior y se encontró con “Que”, un novillo que se quedó corto por el pitón derecho en el capote de Solera, que se salió al centro lidiándolo para rematarlo con una media. El tercio de varas corrió a cargo de Gabi Réhabi que movió el caballo con gusto y picó de buena manera a un novillo que entró tres veces al caballo pero solo la primera de manera brava para empujar en el peto. A destacar la buena lidia de Omar Guerra y los pares de banderillas de Fernando Casanova que saludó montera en mano. Se dobló Solera en los inicios de faena donde el novillo repuso de manera rápida por ambos pitones. Se plantó el francés y a base de tesón y tragar fue alargándole la embestida a “Que” para rematar con dos tandas de importancia por ambos pitones. Un pinchazo y un aviso fueron el preludio de la estocada que pondría la primera oreja de la tarde en su mano.

Saltó al ruedo “Palomo”, con el que Cristóbal Reyes no pudo torear con el capote. El tercio de varas se puede definir en nada de nada, entró tres veces donde ni empujó ni demostró bravura, se llevó dos quites con el capote uno de Alejandro Fermín mezclando tafalleras y gaoneras y el otro de Reyes por chicuelinas. Empezó la faena con cierta emoción al citar de largo al novillo y correr la mano con gusto pero a la tercera tanda el novillo se paró y no volvió a embestir, pasaba por allí con mucha nobleza sin decir nada y con más ganas de huir que de embestir. Fue prendido Cristóbal Reyes al entrar a matar con una buena estocada y se le ovacionó en el tercio.

“Quemedices” no debió salir al ruedo de Boujan, un novillo con falta de trapío para una feria de novilladas toristas. Además que su juego no es lo que espera el aficionado de un novillo de Raso de Portillo. Sus dos entradas al caballo fueron sin más haciendo sonar el estribo de la montura de Ángel Rivas. Repitió quite Fermín pero en este caso las chicuelinas fueron con más empaque que en su primero. Comenzó su faena con un pase cambiado por la espalda que no llegó a ejecutar ya que el novillo lo arrolló llegando a dar hasta dos vueltas en el aire Fermín cayendo de muy mala manera. Se levantó con garra para darle dos buenas tandas con la derecha. Pero la faena se diluyó cuando se escuchaban más los bien de su cuadrilla que los del público, que se lo recriminó a los banderilleros. La cuadrilla siguió jaleando cada muletazo con bienes más fuertes mientras el resto de la plaza silenciaba. Flaco favor le hicieron a Fermín que dejó buenos muletazos. Fue silenciada su labor tras escuchar un aviso.

El quinto se llevó una gran ovación al aparecer por chiqueros. “Rabanero” era un novillo fuerte y de gran trapío. No se lo puso fácil en las primeras embestidas a Maxime Solera que se encontraba renqueante de la voltereta sufrida el día anterior. Tercio de varas de premio el de Paco Aguado, toreando a caballo y picando de manera eficaz en las tres entradas de “Rabanero”.  Destacar la lidia de Fernando Casanova haciendo todo a favor del novillo. A pesar de eso “Rabanero” no se lo puso fácil al novillero francés, que hizo un gran esfuerzo a pesar de no encontrarse bien fisicamente. Lo mejor vino con la mano derecha y lo peor a la hora de entrar a matar donde el novillo ya estaba completamente parado. Varios pinchazos para dejar una media y descabellar tras dos avisos y ver silenciado un esfuerzo importante.

El sexto fue pitado de salida. Fue “Paganito” el novillo dulce del sexteto. Con sus embestidas de salida Reyes dibujó los mejores lances con el capote. Entró cuatro veces al caballo siendo la primera al relance pero al notar la vara dejándose pegar sin hacer una gran pelea. Donde demostró su nobleza y la gran humillación fue en la muleta de Cristóbal Reyes que llegó a cuajar al novillo a placer por ambos pitones. Pero estos novillos tienen sus muletazos y fue el fallo de Reyes en alargar una faena que iba de más a menos. Una oreja para Reyes y una vuelta al ruedo muy excesiva para “Paganito”

Como punto para reflexionar. Si Boujan-sur-Libron quiere ser la feria torista de novilladas debe mejorar en muchos aspectos. El primero de ellos cuidar la presentación de las novilladas no lidiando novillos como el cuarto y sexto y mejorar la presentación de la becerrada matinal. No tiene mucho sentido entregar un premio al mejor picador en la primera novillada pero en la segunda no entregarlo sin dar ninguna explicación. Entregar un programa de mano con los datos de los novillos y las cuadrillas. Además de no retrasar el inicio del festejo con un espectáculo de doma que no pinta nada y lo único que hace es estropear el estado del ruedo.

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