Maxime Solera vuelve para quedarse

Reaparecía Maxime Solera tras su dura lesión y pronto volvió a sufrir una cogida aparatosa cuando recibía al primero de la tarde en la puerta de chiqueros.

Con el capote a la espalda paró al de Hoyo de la Gitana. Expuso y aguantó sus inciertas embestidas. Le había salido todo bien al francés, pero al rematar el novillo le barrió con las patas traseras y le tiró al suelo. Otra vez el corazón encogido mientras Solera aguantaba las cornadas que tiraban unos pitones que afortunadamente no encontraron carne. Se puso en pie rápidamente como si no hubiese pasado nada. La cojera delataba la paliza sufrida.

Tras dos puyazos discretos y una buena lidia de Fernando Casanova, Solera exigió en demasía al novillo en los primeros compases de la faena. El inicio doblándose por abajo y dos tandas mandonas con la diestra calmaron las pretensiones del utrero. Sin posibilidad para el lucimiento ni para el enfrentamiento, Maxime mostró firmeza y disposición. Por su parte no quedó. Escuchó una ovación con saludos antes de pasar a la enfermería de la que ya solo saldría para matar a su segundo oponente.

Con serias dificultades para andar, Solera sacó con acierto el novillo a los medios y lo remató gustándose con una media. En ese momento entraba en escena otro personaje esperado. Gabin Réhabi picó bien al de Hoyo de la Gitana, aunque a duras penas le hizo sangre, y se alzó con el premio al mejor picador. El novillo entró tres veces al caballo para dejarse pegar pues al igual que sus hermanos tampoco empujó en el peto. Su comportamiento en la muleta fue tal y como se esperaba tras haber visto las cinco faenas anteriores. Tuvo que ser Maxime el que pusiera la emoción que no tenía el novillo. Bien colocado y dando el pecho volvió a estructurar una faena derechista con series templadas y meritorias. Estaba haciendo un gran esfuerzo solo al alcance de toreros con amor propio. La izquierda tardó en cogerla y quizás faltó prodigarse por ese pitón. Precisamente, con la zurda mató de una estocada un tanto caída de rápido efecto que le valió la oreja de más relevancia del festejo. La primera de las dos batallas en Boujan había terminado con triunfo a pesar de la desventaja con la que había empezado.

Una oreja generosa cortó El Adoureño en su primer novillo al que realizó una faena pueblerina. Demostró estar despierto en cada momento. Le funcionó la cabeza y supo qué hacerle para provocar el aplauso del tendido. Su ligereza de pies dejó serias dudas sobre si llegará preparado a la alternativa que ya tiene firmada en Dax. Ponce y Talavante nos ayudarán a resolverlas.

El cuarto le ofreció escasas posibilidades para cortar la otra oreja que necesitaba para salir a hombros. Al finalizar una faena lineal y plana intentó dar una vuelta al ruedo por su cuenta pero el público se lo impidió.

Completaba cartel un tercer francés y dejó buenas sensaciones. Carlos Olsina, en su tercera novillada picada, se las tuvo que ver con el peor lote de la tarde. No por peligroso (más del que ya se supone) sino por aburrido y parado. Voluntarioso y con buenas intenciones toreó al tercero. La colocación casi perfecta y muletazos sueltos de bonito trazo fueron las notas positivas de su actuación. 

En la misma línea estuvo en el quinto novillo de embestidas mortecinas. Se colocó bien en la cercanía y mostró su voluntad por intentar hacerlo todo con un sentido.

Con la impresión de haber faltado novillos terminó una novillada descastada y totalmente olvidable de Hoyo de la Gitana. Recordaremos la entrega de Maxime Solera, que se echó la feria a la espalda al anunciarse en las dos tardes del ciclo. Todavía faltan dos novillos de Raso de Portillo pero ya se puede decir que ha vuelto para quedarse.

 

Ficha del festejo

Boujan-sur-Libron (Francia), tres cuartos de plaza. Sábado, 30 de junio de 2018. Novillos de Hoyo de la Gitana, descastados y justos de fuerza en líneas generales. 

Maxime Solera, de verde botella y oro.  Dos pinchazos y estocada entera (ovación con saludos tras aviso). En el sexto estocada caída (oreja tras aviso).

El Adoureño, de grana y oro con remates en negro. Estocada entera (oreja). En el cuarto pinchazo y estocada (ovación).

Carlos Olsina, de rosa y oro. (Silencio y silencio).

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