Javier Castaño: “Cuando empezaba me preguntaban si no me daba miedo el toro, ahora me preguntan si no me da pena”

La Unión de Taurinos y Aficionados de Catalunya (UTYAC) organizó nuevamente una conferencia taurina, esta vez en modalidad de coloquio, después de unos años sin poder hacerlo.

Javier Castaño se volvió a ver anunciado en Barcelona, plaza en la que toreó en dos ocasiones en 2002, saliendo a hombros con una corrida de Miguel Ángel Criado Holgado. El matador mantuvo un coloquio con Carlos Grasa, estudiante de periodismo y miembro de la Junta de UTYAC, en el que se repasó su trayectoria hasta llegar a nuestros días. Al subir al escenario recibió una larga y calurosa ovación del centenar de aficionados que acudieron a la cita.

Ya en materia, de sus inicios recordó su marcha de su pueblo, en León, a Salamanca. Con una mano delante y otra detrás, sin saber nada de toros. Castaño reconoció que “lo que empezó siendo un sueño para mi padre terminó siendo una pasión para mi”. Habló también de la dureza de esos años. “No podía regresar al pueblo sin haber conseguido nada”. Para conseguir resultados, él era el primero en entrar a la Escuela y era el último en salir y hasta llegaron a darle una copia de las llaves de la Escuela. De novillero iba a los tentaderos haciendo autoestop y buscándose la vida. “Ya me conocía las carreteras en las que era más fácil que te dejaran subir”, recordó con nostalgia el matador.

Fue uno de los novilleros con picadores mejor posicionados en el escalafón y con mejor ambiente. En mayo de 2000 tocó la gloria al salir a hombros de Las Ventas. Tras tomar la alternativa, se ve anunciado durante dos años en las ferias más importantes con las máximas figuras. Se sinceró Castaño diciendo que fueron unos años muy duros. No estaba preparado para competir con ellos y se le pasó la oportunidad. A partir de ahí, pasa de torear unas 40 corridas al año a sumar apenas media decena de contratos.

Después de varias temporadas en el olvido, consigue entrar en la feria del Pilar de Zaragoza de 2010 con una corrida de Cuadri y a pesar de no cortar orejas deja una gran impresión. “Ese toro de Cuadri es uno de los que mejor he toreado en mi carrera”, apuntó Castaño. A partir de ahí, le salen varios contratos en Francia y se hace un sitio fijo en el circuito de las corridas duras. Preguntado por Grasa, repasó algunas de las tardes épicas de su trayectoria como su encerrona con 6 Miuras en Nimes en la que cortó 5 orejas. Ninguno de los 7 matadores que se han encerrado con 6 animales de esta mítica ganadería a lo largo de toda la historia consiguió cortar tantos trofeos como él. Ni tan siquiera Joselito El Gallo. Otra tarde épica fue el mano a mano con Antonio Ferrera en Gijón con toros de La Quinta en 2013. Como anécdota de ese día contó que a Ferrera le cogió un toro y se lo llevaron a la enfermería. Después Castaño sufrió una cornada en la zona del coxis y también se lo llevaron para adentro. Al entrar vio a su compañero tumbado en la camilla y a él le pusieron boca abajo en otra camilla para empezar a operarle cuando escuchó una voz familiar que le dice que él va a salir otra vez al ruedo. Castaño se giró y vio que era Ferrera a lo que le Castaño contestó “espérate que voy contigo“. Los dos volvieron a salir al ruedo con pantalones de monosabio a matar lo que quedaba de corrida.

Tampoco rehusó a hablar de su enfermedad. El torero sufrió un cáncer del que se recuperó plenamente. A pesar de la dureza de la quimioterapia, que le dejaba sin fuerzas, se puso una meta fija: reaparecer en la Feria de Abril de Sevilla con una corrida de Miura, tan solo 19 días después de recibir la noticia de que estaba curado. “Esos 19 días fueron los más intensos de mi vida”, reconoció el matador. Tras un tentadero en la ganadería de Miura, a tres semanas de la fecha marcada, “todos me decían que había estado sensacional. Yo sabía que me estaban mintiendo pero me iba perfecto para venirme arriba”.

Por último, comentó con el moderador sobre varios aspectos de la actualidad. Comparando la situación actual con los años de sus inicios apuntó que “cuando empezaba me preguntaban si no me daba miedo el toro, ahora me preguntan si no me da pena”.  Preguntado por Ceret, donde está anunciado este año con la corrida de Juan Luis Fraile, dijo que “la plaza de Ceret, por el toro y por la afición, es de primera“.

La semana que viene está programado el segundo coloquio del ciclo, donde el que estas líneas escribe le tocará lidiar con Joaquín Moreno Silva, ganadero de Saltillo. El acto empezará a las 12h en el mismo sitio.

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