En la quinta entrega de la Fotocrónica Taurina Catalana queremos recordar la loable iniciativa que tuvo la empresa Balaña de recuperar la corrida denominada Goyesca.
En el año 1961 se reanudan en la Monumental las corridas Goyescas. El anuncio de la Goyesca despertó un inusitado interés entre la afición barcelonesa.
Un interés que se acrecentó con la inclusión del rejoneador Alvaro Domecq Romero, con un novillo del Duque de Pinohermoso, y los matadores Curro Girón, Curro Romero y Santiago Martín “El Viti” que lidiaron un deslucido y blando encierro de Samuel Hermanos.
Una de les actuaciones más sobresalientes de la tarde fue, sin duda alguna, la que protagonizó el caballero en plaza jerezano Álvaro Domecq. El joven y famoso rejoneador conjuntó una admirable labor y destacó, principalmente, con sus jacas “Triunfo” y “Verónica” que le posibilitaron la ejecución de un sobrio, dominador y eficaz toreo. Despenó al de Pinohermoso de un rejón de hoja de peral y, pie a tierra, recetó una estocada y un descabello con el de cruceta. Cortó un auricular apéndice de su boyante antagonista.
Curro Girón se encontró con un lote que imposibilitó el lucimiento del venezolano.Girón muleteó con mimo y arte a sus dos oponentes pero encontró muy poco eco en los tendidos por la excesiva blandura de los astados.
El diestro de Camas, Curro Romero, sólo pudo lucirse con el capote en unos excelentes lances al primero de su lote. Sin suerte con el juego de sus enemigos poca cosa pudo hacer el camero. Anduvo, eso sí, breve con la espada.
El Viti pechó con un lote sin fuerzas y sin embestida con el que nada pudo hacer. Ante las pocas o nulas posibilidades de exhibir su torería, optó por salvar la dignidad matando de manera colosal a sus dos antagonistas.
Relacionado