Noviembre y su rudo frío en sierras peninsulares dan paso a que las ganaderías de reses bravas realicen sus tareas invernales.
Por tal motivo el pasado fin de semana un grupo de aficionados mallorquines se desplazó hasta tierras albaceteñas para visitar diferentes ganaderías de reconocido prestigio de la zona.
La finca “El Palomar” del ganadero Samuel Flores, la ganadería de Daniel Ruiz y la finca “EL Colmenar” propiedad de Juan Fernando Moreno y Rosa Munera, ganaderos de Los Chospes, fue la ruta seleccionada en esta ocasión por José María Fresneda (reconocido aficionado y persona de confianza de Los Chospes) para que el grupo de taurinos mallorquines se deleitara con el campo bravo, las diferentes camadas de salida tanto de novillos como de toros para el 2015, así como de las diferentes instalaciones y dependencias de las citadas ganaderías. Fresneda encabezaba la expedición formada por Miguel Gomis (gerente de asuntos taurinos en Mallorca), Nacho Rodríguez y Nico Canyellas (corralero del Coliseo Balear).
Junto al jovencísimo mayoral José Carlos López recorrieron el viernes las casi 3500 has. de la finca El Palomar.
Con el mayoral Juan Antonio Fernández y la ganadera Alicia Ruiz se adentraron el sábado en la ganadería de Daniel Ruiz.
Pero fue el domingo, en la visita a la finca “El Colmenar”, donde el viaje alcanzó la cúspide del gozo por lo taurino. Y es que Fernando y Rosa, ganaderos de Los Chospes, abrieron de par en par las puertas de la finca y de su casa a los visitantes mallorquines con un trato y una atención excepcional.
Ese mismo día el novillero tomellosano Antonio Linares lidió dos vacas y un toro para deleite de los aficionados allí presentes. Las labores de campo las encabezaba el mayoral de la casa y picador Tomás Copete “Tomasete”.
Las localidades de Villanueva de la Fuente y Povedilla fueron las elegidaspor los mallorquines para reponer fuerzas. Mdención especial merecen los hermanos Miguel Ángel y Ramón Ortega propietarios del Rte. Julianés en Povedilla por su hospitalidad, buen hacer y calidad de los productos de una cocina eminentemente manchega. Miguel Ángel no tardó en compartir anécdotas por tierras mallorquinas cuando sus años mozos, de abundancia laboral, los pasó en nuestra isla.