El próximo mes de enero se estrena en las grandes pantallas la película taurina “Pepe Cáceres”. Dirigida y protagonizada por su hijo Sebastián Eslava, no narra de manera autobiográfica la vida del diestro colombiano y su principal objetivo es reflejar la dureza y el sacrificio que supone ser torero.
Pepe Eslava, anunciado en los carteles como Pepe Cáceres, fue el torero por excelencia de la ciudad de Manizales. Nacido el 16 de mayo de 1935 en Honda, tomó la alternativa en Sevilla, el 30 de septiembre de 1956, de manos del gran maestro Antonio Bienvenida. A lo largo de su dilatada trayectoria como torero, alternó con las principales figuras de la época y destacó, sobre todo, en el manejo del capote.
Murió en Bogotá, el 20 de julio de 1987, veintiocho días después de ser corneado por el toro “Garrotillo”, de la ganadería de San Esteban de las Ovejas, en la plaza de toros de la Pradera de Sogomoso.
Al hilo de la presentación de esta interesante película, es bueno recordar el gran cartel del que gozó Pepe Cáceres en la gerundense plaza “España Brava” de Sant Feliu de Guíxols, en las temporadas de 1962 y 1963. El 23 de julio de 1962, se enfrentó a dos bicornes del hierro de María Antonia Fonseca de Pedraza de Yeltes (Salamanca) y desorejó a su segundo toro, un negro zaíno de gran presencia, al que enjaretó una serie de cuatro verónicas y dos series de bellísimas y ajustadas chicuelinas. El 5 de agosto del mismo año, desoreja a “ Papelero”, un buen toro salmantino de Abdón Alonso que derribó con estrépito en varas, y con el que sobresalió nuevamente en el manejo de la percalina administrando seis superiores verónicas y cinco formidables gaoneras. El 19 de agosto, el colombiano cortó tres orejas a dos bureles de Maria Antonia Fonseca, una a su primero y las dos del manso “Portero” al que consiguió meter en la muleta en una meritoria labor de gran exposición y valor. Volvió por sus fueros el 9 de septiembre en un cartel de lujo junto con con Antonio Ordóñez y Antonio Bienvenida. El joven Pepe Cáceres se llevó las ovaciones más fuertes de la exitosa tarde. Cortó los máximos trofeos de su primer enemigo, al que administró una faena de una suavidad pasmosa, con mando, sin pausas y con gran sabor que abrochó con manoletinas mirando al tendido y una soberbia estocada en los rubios. Reeditó el triunfo con el bravísimo “Pelofino”, del hierro de Pepe Luís Vázquez, al que toreó valientemente en una labor de rebosante torería y plasticidad que le supuso las dos orejas como premio.
La temporada siguiente, el colombiano toreó dos tardes en la “bombonera” guixolense. El 23 de junio consiguió dar una vuelta al aro en su segundo oponente, tras realizar una faena de muy buen corte en la que sobresalieron una serie de redondos en el platillo de la plaza. En la quinta función de la temporada, Pepe Cáceres cortó un apéndice de su primero, “Malagueño”, de Prieto de la Cal, al que recibió con un farol de rodillas, cuatro verónicas, tres chicuelinas y una revolera de inestimable calidad.
Sin duda, Pepe Cáceres fue uno de los mejores orfebres del toreo con el capote y uno de los toreros americanos más importantes. La película, que esperemos se estrene pronto en las grandes pantallas españolas, es una buena oportunidad para acercarnos a su figura y poner en valor su gran aportación a la tauromaquia.