Domingo 26 de julio 2015. Plaza de toros de Alcúdia (Mallorca). Festival sin picadores. Novillos de D. Sancho Dávila. Eduardo Dávila Miura, silencio en su lote. Diego Urdiales, oreja y dos orejas y rabo. Joselito Adame, dos orejas y dos orejas. La plaza se cubrió en tres cuartas partes.
Atractivo festival, sobre el papel, el anunciado ayer en la localidad mallorquina de Alcúdia. Se lidiaron novillos de Sancho Dávila. Impresentables y abecerrados todos, excepto el cuarto que tuvo algo más de presencia. Bonancibles, eso sí, pero qué cabe esperar de astados con el acné juvenil en las testuces.
Se está de acuerdo que se trata de un festival, un festival sin picadores, pero tratándose de avezados y consagrados espadas los encargados de dar lidia y muerte a los astados no estaría de más, incluso sería beneficioso para venideros espectáculos y el consiguiente retorno del respetable al coso, elevar algo más el nivel de presencia de los astados. Faltó emoción, faltó vergüenza ganadera,… por enésima vez.
En el momento del embroque, a los toreros les faltó toro en toda la amplitud y significado de la expresión. Por el bien del espectáculo, obviaremos entrar en detalles de lo mal que se estoqueó toda la tarde.
Así las cosas, narrar lo acontecido en el ruedo becerro a becerro podría resultar tan absurdo como cantar y bailar ‘La Macarena’ de Los del Río bajo el mar. Tan absurdo como el insistente, indecente y sinsentido comportamiento del personal operario de la plaza encargado del arrastre de los cornúpetas, retrasando año tras año, tarde tras tarde, toro tras toro la salida del tiro de mulillas ocasionando con ello que las peticiones de trofeos por parte del público asistente decaigan. Es decir, se logra totalmente lo contrario a lo pretendido. Innecesario, ya que en esta categoría de festejos la excesiva concesión de trofeos se prevé y está asegurada desde mucho antes de hacerse el paseíllo pero la decencia y la benevolencia no debieran estar reñidas.
En lo positivo cabe destacar que Diego Urdiales realizó -a nuestro juicio- el mejor toreo de la tarde. Que la Presidenta del festejo Cati Juan Pericás se involucró y estuvo acertada en sus decisiones. Que destacaron en banderillas Federico Gómez y Luís Germán Navío. Que se cubrieron tres cuartas partes del aforo y que la banda ‘Els Bergants’ es una apuesta segura contra el bochorno y el aburrimiento. Otras ciertas cosas continúan siendo absurdas, tanto como cantar y bailar ‘La Macarena’ de Los del Río bajo el mar.
Fotos: Miguel Gomis.
El articulo que mencionas con la misma palabra recortada lo dice culo, por ai te lo puedes meter a dicho articulo, al igual que la entrada de menores aqui esta prohibida dicho novillero en las islas no esta obligado
Cantar y bailar la Macarena debajo del mar será absurdo, pero lo que tuvo lugar en Alcúdia el pasado domingo además de absurdo es antirreglamentario. Los organizadores se pasaron por el arco del triunfo el art. 24.1 del Convenio Nacional taurino que obliga a la presencia de un novillero en caso de festival con más de dos actuantes. Pero no pasa nada oiga, aquí paz y después gloria. Total… una más. Además de ridículo y éticamente reprobable que tres matadores de toros toreen una becerrada sin picadores. Todo un sin sentido y además ilegal. Mal los organizadores y mal los participantes. En fin, así nos luce el pelo. Que bochorno.
Totalmente, lo sucedido. Me gustaría que en vez de que se lo tomasen a cabreo, interpretaran esto como, crítica de mejora y constructiva, hacia lo que debe ser.