Tu parles

A vadebraus.com volem mantenir la participació de tots vosaltres, és per això que publiquem un escrit rebut al nostre e-mail info@vadebraus.com. En aquest cas, és Juan Antonio Álvarez Malondra (Mallorca), qui amb motiu del 9º aniversari de la mort del ramader mallorquí Bartomeu Pons l’ha volgut rendir un afectuós i sentit homenatge.

El ganadero Bartomeu Pons

Hoy se cumplen 9 años de una ausencia. La de una persona querida y admirada por éste que redacta un breve escrito que apenas sabía cómo empezar, pero que definitivamente he optado por hacerlo de la misma manera que creo que el hombre se hace torero: poniendo el corazón y todo sentimiento.
Muchos se preguntarán, cómo me atrevo a escribir y rendir tributo a D. Bartomeu Pons. Una persona que llegué a conocer cuando contaba con tan sólo 9 añitos. Ni por aquel entonces, ni mucho menos ahora, soñaba yo con ser torero, siempre lo tuve claro. Pero éso sí, mi afición y la pasión por la Fiesta ha sido y es desmedida.
Más de una década ha pasado ya desde que una mañana soleada entrara aquel niño de 9 años entre nervioso e ilusionado a la ganadería de Son Rossinyol (Mallorca). Aún hoy perduran en mis sienes los olores de aquel momento. En mi retina la imagen de aquel inmenso ruedo y su amarillo albero, los porches que rodean el patio, sus inconfundibles azulejos, y entre ellos ese toro mítico que para mí era como ver “El rapto de Europa” en manos de Zeus, convertido en toro.
Rulero padreando con su lote de vacas. Y esa figura ganadera que para mí era como ver a un verdadero Dios: D. Bartomeu, el ganadero. L’amo Tomeu para sus allegados. Él era lo máximo para aquel chavalín que apenas alcanzaba los diez añitos.
La ganadería Son Rossinyol se fundó hace ya dos décadas sucediendo a la célebre y ya desaparecida ganadería de Son San Martí (Muro). Ambas ganaderías han sido sin duda alguna las de más fama y prestigio de la isla.
Fundó D. Bartomeu la vacada con un lote de vacas y erales sin tentar de las divisas de Navalrosal para ampliarla posteriormente con reses de la ganadería del maestro albaceteño Dámaso González procedencia pura de Salvador Domecq.
Construyó una verdadera joya de finca con una plaza de tientas hermosísima, amplia y cómoda, bañada con albero exclusivo de Alcalá de Guadaira.
Empieza a lidiar novilladas sin picadores en Alcudia obteniendo grandes triunfos. Pero no sería hasta 1998 cuando Son Rossinyol diese un toque de atención , y que aún a día de hoy perdura su eco.  Fue en Inca, en Septiembre, en una novillada picada. Se anunciaban el rejoneador mallorquín Jaime Rosselló y los novilleros Álvaro José de la Calle, Antonio Barrera y Roberto Escudero.
Rulero; aquel semental que me dio la bienvenida en Son Rossinyol, había ganado su vida aquella tarde en Inca obteniendo el indulto con el beneplácito de todos los allí presentes. Marcado con el número 11 y lidiado por el salmantino Álvaro José de la Calle. El resto de astados lidiados con gran nota y aplaudidos en el arrastre. Todos los informativos locales, prensa escrita, radio, televisión, programas taurinos nacionales así como Tendido Cero se hicieron eco de la noticia.
Fue un hombre alegre, amigo de sus amigos y de un carácter fuerte pero al mismo tiempo de gran nobleza. Sus aptitudes las heredaron sus animales. Conocer a l’amo Tomeu era conocer el comportamiento de los astados. Clase, nobleza y bravura.
Falleció víctima de un infarto  el 11 de Noviembre de 2003 en Son Rossinyol; su finca… su ganadería.  Han pasado ya 9 años.
L’amo Tomeu disfrutó de su tesoro hasta el último de sus alientos
Siempre he creído que nunca se le tributó el debido homenaje que se mereció en vida por crear para deleite de todos aquellos que somos aficionados, que incluso (en ocasiones) nos sentimos toreros, pero sobretodo por el bien y la gloria de la Fiesta, esta bellísima finca y su excelente ganadería.
Hablar de D. Bartomeu para mí es hablar de algo más que de un ganadero. Es hablar de un referente como persona, de afrontar las circunstancias y de vivir la vida. Él ya no está entre nosotros pero a todos los que he escuchado hablar, taurinos y no taurinos, amigos, familia y gente en general cuentan y no acaban. Cuando ésto sucede a lo largo de años quiere decirse que se ha convertido en casi un hombre de leyenda y hazañas para los que somos aficionados a los Toros y para los que no.
En fin, tan sólo me queda agradecer a su familia y en especial a su viuda Coloma y a su hijo

rong>Jaime Pons el excelente trato que he recibido en su casa y recordarles el fuerte afecto que les tengo, porque estando allí he crecido como aficionado, como persona y como hombre. Sirvan estas humildes líneas para rendir un cálido homenaje a la figura de D. Bartomeu Pons y a su familia en general por luchar continuando el sueño de su ganadería. Y para despedirme quisiera recordar la frase que permanece grabada en azulejos en una de las paredes principales de la finca y que tan acertadamente describía el carácter, el personaje y la figura de l’amo Tomeu: “Estando en Son Rossinyol el cielo y el infierno pueden esperar”

Simplemente gracias.

Juan Antonio Álvarez Malondra