Una crítica vendida al sistema

Demasiado a menudo leemos portales taurinos y revistas que no son más que gacetillas elogiosas y repletas de párrafos aduladores hacia las figuras del toreo actuales y el sistema taurino en general. Se hace muy difícil distinguir la crítica taurina de la propaganda. O lo que es lo mismo, se hace muy difícil distinguir la obra crítica, que es prestigio, y la propaganda, que es negocio.

Y cuando la crítica o la información taurina se convierte en negocio, como ocurre mayormente, nos encontramos con un claro ocultamiento de las flaquezas y fracasos de las figuras y un claro acomodo a los intereses de un sistema que no acepta valoraciones con carácter docente, sino alabanzas sensacionalistas, narraciones quiméricas de faenas que apenas han existido y, lo que es peor, la censura a todos aquellos que discrepan y exigen la integridad del toro, la pureza y ortodoxia del toreo. La información seria, desinteresada y objetiva es muy escasa y ninguneada por el sistema que no cree en la finalidad educativa y enjuiciativa de la crítica.

Para el sistema, la crítica es un fin meramente propagandístico que salvaguarda en todo momento y no compromete nunca la carrera taurina de las figuras que pagan su generosa publicidad. Todo esto viene a colación porqué en los últimos días hemos visto dos sucesos que nos han llamado poderosamente la atención. En primer lugar, el empeño exhibicionista de Morante de la Puebla regando con una manguera. Este hecho extravagante y sobrante ha sido tachado de genialidad por algunos portales taurinos. La mixtificación y artimañas de Morante han sido y siguen siendo elogiadas sin restricción alguna por una buena parte de una desdichada crítica que confunde al aficionado y destaca con claridad el peso de las inserciones propagandísticas. No consigo imaginarme a SM El Viti, por ejemplo, regando con una manguera el albero de la plaza de Salamanca. ¡Pues eso!

En segundo lugar, un portal taurino ,de dudosa solvencia ,se ha atrevido a insultar al presidente de la plaza de toros de Alicante por no haber concedido la segunda oreja a “El Juli”. El crítico cae en la vulgaridad del insulto y en la repudiación del reglamento taurino para contentar a la figura de turno con un asombroso artículo que desató la polémica en las redes sociales. La crítica vendida al sistema no disimula. Se saltan la ética a la torera que para estas acrobacias de los fenómenos debió inventarse la locución. La consigna es desmerecer o insultar a todos aquellos que cuestionan el (des)orden del sistema reivindicando la inclusión de toreros modestos en algunas ferias o la variedad de encastes taurinos.

Éste es basicamente el papel de la mayoría de los críticos actuales. Nos parece muy bien que cada uno defienda lo suyo pero lo que es verdaderamente inaceptable es que se caiga en la estrechez del insulto y se confunda al aficionado elogiando gestos, como el de Morante, carentes de torería y de saber estar.

Foto: elmundo.es

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