Lucio Sandín volvió a torear después de más de 12 años sin hacerlo gracias al Club de Actividades Prácticas Taurinas. Los aficionados catalanes pudieron disfrutar de un día de toros en la ganadería Mur en el que el maestro Sandín ofreció una auténtica lección de torería, pureza y verdad, cualidades en peligro de extinción entre los exponentes de la tauromaquia moderna.
Excelentemente colocado, dando el pecho y con la pata pa’lante, realizó una faena basada en la mano derecha, templado y profundo y culminando las series con largos pases de pecho y trincherazos al ralentí. Aunque todo estos tecnicismos eran evidentemente secundarios puesto que lo importante era poder ver después de todo al maestro en un ruedo con capote, muleta y toreando. Y torear, en mayúsculas, es lo que hizo.
Al terminar la faena fuimos conscientes de haber visto algo, por desgracia de la fiesta, poco común. Una torería real, un concepto en el que no tenían cabida las mentiras ni los alivios, un toreo asentado, un sello único. Un torero que no se parecía a ningún otro, ni lo pretendía.
Tanto el maestro como los socios del Club allí presentes se brindaron una sentida ovación, muestra de cariño entre las dos partes.
A continuación se tentaron cinco becerras más a cargo de algunos de los miembros del club. Participaron también el novillero Antonio Cuadra y el joven alumno de la Escuela Taurina de Catalunya Cristian Alfaro, que fue aconsejado en todo momento por el matador de toros catalán Enrique Guillén.
Molt ben escrit Gerard!
Felicitats al Club i evidentment a la generositat del maestro Sandín per ajudar a donar veu als qui ens l’han pretés perdre. Llàstima no poder assistir a aquest esdeveniment. Però sí reconforta veure com seguiu més vius que mai, així que qualsevol dia em teniu altre cop entre vosaltres treient-vos a “hombros” de la plaça, perquè és el que us mereixeu tots plegats.
Salut i toros!
Lo resume muy bien el cronista. La naturalidad, la personalidad, la pureza y la torería, todo ello en extinción en esta época de reinante vulgaridad, estuvieron presentes en la emocionante faena de Lucio Sandín. Sin retorcimientos ni flamencuras impostadas. Un día inolvidable para los que tuvimos la inmensa suerte de acudir. Gracias a todos los asistentes porque el día fue sobresaliente y sobre todo muchas gracias al maestro Lucio Sandín por su sincera generosidad. Nunca la máxima de Belmonte fue más cierta, se torea como se es.
Felicidades a la organización,fue un dia para el recuerdo.
Gracias Lucio