Maxime Solera recibe la recompensa a tanto esfuerzo

Mientras algunos franceses (pocos o demasiados, depende de cómo se mire) aterrizaban en Madrid buscando “libertad” otro francés se empeñaba en rematar una temporada taurina en Arles llena de sensibilidad confeccionada con la cabeza y el corazón para que los aficionados también pudieran ser libres a su manera.

El bueno de Juan Bautista mantuvo su palabra a Maxime Solera y le dará la ansiada alternativa truncada un año atrás. El matador reconvertido a empresario no oficiará la ceremonia, le ofrecerá lo más importante: la posibilidad de doctorarse. Morante de la Puebla le convertirá en matador de toros, mientras de testigo actuará Pablo Aguado. Los tres se enfrentarán a toros de La Quinta. Palabras mayores.

El salto cualitativo respecto al cartel de 2020 es evidente. En esa ocasión estaba previsto que le acompañaran Rafaelillo y Sergio Serrano, matadores muy respetables que no aportaban el relumbrón necesario para la alternativa de uno de los novilleros más destacados de la temporada. El atractivo sin duda residía en los toros anunciados para la ocasión. Maxime estaba dispuesto a entrar en el selecto grupo de matadores que se doctoraron con un toro de Miura. La apuesta era mayúscula, pero quién sabe si solo hubiera quedado en un simple mensaje dirigido a los aficionados toristas.

Los toristas y los partidarios de Solera no creo que se lamenten con el cambio, pues La Quinta es una de las ganaderías “minoritarias” que más y mejor está embistiendo últimamente. Solera ha demostrado en su etapa novilleril de lo que es capaz de hacer con animales de este encaste. Si además a Morante y Aguado les sale un toro con esa embestida tan especial, nos podemos volver locos. El crédito de Solera, pues, queda intacto, seguirá matando todo tipo de ganaderías cuando se lo permitan, pero ¿por qué renunciar a un cartel con dos figuras del toreo en un día tan señalado? Con lo extraño que es ver a una figura saliendo de sus tres o cuatro ganaderías de confianza y teniendo claro cual es el circuito por el que se moverá Maxime, esta oportunidad no se podía dejar pasar. No era necesario empeñarse en la de Miura. El premio a tantas tardes (y mañanas) toreando y triunfando con lo más duro del campo bravo parece que va a llegar. Ahora solo queda esperar a que las autoridades francesas no tiren para atrás la feria y a nosotros no nos impidan peregrinar hasta Arles. Sería una lástima que la afición catalana se perdiera esta cita después de haber estado varias temporadas siguiendo a Solera por plazas y placitas.

 

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