Los planes de futuro han quedado interrumpidos, pospuestos sine die. Tampoco han durado muchos de los propósitos de año nuevo. Y la verdad es que en estos momentos poco importan. Qué más da si este año no corremos un maratón.
Durante las expediciones semanales al Lidl de la esquina, se me hace difícil no pensar dónde hubiera estado ese día si nada de esto hubiera pasado. Como tantas Semanas Santas, el plan de hoy era estar en Arles. Y es que en Arles el aficionado lo tiene difícil tanto para descansar como para aburrirse. La oferta taurina es bien completa: visitar los toros en los corrales del Espace Toros; presenciar los encierros por las calles, ver como corren toros arropados por caballos boulevard abajo; disfrutar de la ilusión de los niños en las capeas de la portátil; empaparte de arte en exposiciones; poner a prueba tu francés en las tertulias de los clubes; rebuscar en librerías llenas de literatura taurina… ¡La Féria de Pacques es un auténtico lujo! Una atractiva oferta complementaria al interesante ciclo que suelen organizar cada año. Por si fuera poco, hoy tendría que tomar la alternativa Maxime Solera con una corrida de Miura.
No fueron pocas las veces que escuchó como le decían que no tenía cualidades para dedicarse a esto. La primera vez que lo vi torear tampoco las tenía todas con él. Para ser honestos, solo vi un chaval grande, en físico y edad, un tanto desgarbado y con un nombre que no acompañaba. Con el añojo por los rodillas era imposible que pudiese gustar a alguien. Él siguió creyendo en si mismo. La ambición y la constancia fueron sus mayores aliadas. Mejoró (mucho) y debutó con caballos. Con el utrero fuerte lucía mucho más. Luego varias comisiones le cerraron las puertas. No querían ser partícipes de un suicidio. Pero su camino no podía ser otro y él era plenamente consciente.
La alternativa en una plaza como Arles con un hierro tan legendario era la recompensa a tantos años de sudor y lágrimas. Por suerte, sin sangre aunque no sin percances graves. Maxime se había ganado ese cartel para la historia. Que Solera viese la de Miura como un premio no deja de dar una pista más de su mentalidad.
Maxime tampoco se doctorará en Alès ni Istres. Ambas plazas han suspendido sus ferias, cosa que no ha hecho todavía la ADAC. ¿Será en Ceret donde tomará la alternativa Maxime? Sería curioso que el destino así lo quisiera. Supondría una alegría inmensa ver a Robleño doctorando a Solera en la capital del torismo. ¿Con la entrega de trastos cedería también el relevo a su sucesor en el trono? Algo tan inusual como una alternativa en Ceret nos indicaría que todo habría vuelto a la normalidad. O casi.
Escribo esto tirando de esperanza e ilusión. No queda otra. Pero dudo mucho que esto pueda ocurrir. De hecho, se rumorea que hoy a las 20h Emmanuel Macron anunciará la prohibición de los espectáculos con más de 100 personas hasta pasado verano. La alternativa de Solera, como tantas otras cosas, tendrá que esperar. Lo más probable es que no volvamos a ver un pitón esta temporada. Y tampoco esto es lo que más importe. En este atípico Lunes de Pascua nos quedaremos sin miuras y muchos niños comerán la mona con los padrinos en la distancia o en el recuerdo. O simplemente no la comerán.
Foto: Louise Genoux