Tres toreros catalanes llenan la sede de la FETC

El pasado viernes 20 se celebró en la sede de la Federación de Entidades Taurinas de Catalunya (FETC) el segundo acto del ciclo de conferencias 2017. En esta ocasión tres matadores de toros catalanes entablaron una interesante charla que sirvió para recordar y homenajear los 25 años de alternativa de César Pérez y Manolo Porcel.

El coloquio lo dirigió el torero catalán, ahora abogado y miembro de la junta directiva de la FETC, Ángel Lería. Los tres, hijos de inmigrantes de las décadas de los 50 y 60 que habían intentado ser toreros, consiguieron lo que sus padres habían pretendido anteriormente. Las tres alternativas tuvieron lugar en su plaza, en La Monumental de Barcelona. La de Lería en agosto de 1990 y la de Pérez y Porcel llegaría un año más tarde. Antes de hablar de ese día tan importante para un torero repasaron sus inicios como becerristas por las plazas portátiles que se montaban en Catalunya, sobre todo en el Baix Llobregat. Recordaron con melancolía esos tiempos cuando cada torero tenía sus peñas y partidarios y que además sirvieron para coger el rodaje necesario para dar el salto a las novilladas picadas. Estos tipos de festejos, celebrados en plazas portátiles, fueron prohibidos por la Ley de Protección de los Animales en la década de los 80. Precisamente fue una becerrada que toreaban Lería y Porcel la primera que prohibió la Generalitat.

Manolo Porcel recalcó la importancia que tuvieron para los que querían ser toreros los entrenamientos en Montjuïc, lugar donde se reunían jóvenes aspirantes, novilleros con cartel, matadores de toros y banderilleros veteranos. En esa escuela improvisada se respiraba respeto y admiración por los compañeros. Para él, los consejos más valiosos fueron los que obtuvo de Pascual Bernal y de Manolo Gallardo, aunque reconoce que su auténtico maestro fue Andrés Moreno.

Manolo Porcel (derecha) y Ángel Lería (izquierda).

Por lo que respecta al debut de novillero en Barcelona, Porcel lo recuerda como “una tarde gris, con mucho viento. Dejé buen ambiente, pero sin triunfo. Recuerdo que pasé un mal rato en el patio de cuadrillas de la Monumental, todo el mundo te conocía y quería hacerse fotos contigo“. Por otro lado, César Pérez, que venía de alzarse con el zapato de oro de Arnedo, había despertado en la afición la sensación de que éste podía llegar lejos. Debutó en Barcelona con un azul y oro, el primer traje que estrenó con una novillada de Bernardino Jiménez. Esa tarde cortó una oreja, que pudieron ser más de no haber pinchado. Esta temporada, la del 88, acabaría toreando 5 tardes en la Monumental de Barcelona. Su mejor tarde en esta plaza coincidió con la de su despedida de novillero. El 11 de julio de 1991 César Pérez se encerró con seis novillos (cinco de Víctor y Marín y uno de Pinos Bajos), algo que no ocurría desde Antoñete, y consiguió salir a hombros cortando 3 orejas. A pesar de lo que podía pensar la afición, Porcel no considera su tarde del 28 de abril de 1991 con la de Miura en La Monumental como la mejor de su etapa novilleril. Esa tarde lluviosa Porcel cortó una oreja a Olivarero, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. Para él la mejor faena en Barcelona se la realizó a un utrero de Puerto de San Lorenzo que lo toreó “con torería y oficio” en una novillada de 6 para 6.

Pérez, después de 5 años y 101 novilladas tomó la alternativa un 25 de agosto de 1991 en Barcelona. Venía de cortar una oreja en Fallas y de despedirse de Madrid y estaba preparado para doctorarse. El catalán tomó la alternativa de manos de Enrique Ponce, que había entrado en el cartel sustituyendo Ángel Lería, herido días antes. Después de la ceremonia, de la entrega de trastos, el toro le cogió, le corneó en la ingle y le abrió la bolsa escrotal. El de Antonio Pérez, sobrero y corraleado, le avisó dos veces antes de cogerle. Ahora a toro pasado dice que “quizá estuve demasiado tiempo con él, me avisó dos veces. La cornada se mascaba“. Sin embargo “la alternativa era válida, había dudas porque a Paquirri, también en Barcelona, le cogió el toro el día de su alternativa, pero fue con el capote antes de la entrega de trastos“.

A diferencia de la de su compañero, la de Porcel fue una alternativa forzada a la cual llegaba sin la mejor preparación. Tal era la desesperación de no tener toros que “dos días antes me fui a Madrid a unas capeas para poder torear un poco“. El día de la alternativa comentó que sintió mucha soledad, pero agradeció el detalle que tuvo Ángel Lería de ir a verle momentos antes a la habitación del hotel. “La corrida de Antonio Pérez Tabernero (aunque el toro de alternativa fuese de Mercedes Pérez Tabernero) salió muy dura y pidió los papeles a los matadores”, adjuntó el torero. El catalán tomó la alternativa el 22 de septiembre de 1991 siendo Julio Norte el padrino y Denís Loré el testigo.

César Pérez (izquierda) y Ángel Lería (derecha).

Por último, Lería preguntó a sus compañeros por sus vidas tras dar por finalizada su etapa como matadores. César tras 10 años de matador se pasó a la plata porque “el último año toreé en Madrid y Barcelona pero las cosas no rodaron. Me faltaba ilusión y decidí hacerme banderillero. Creo que fue un acierto“. En su primer año como banderillero toreó unas 60 novilladas con Serafín Marín y contando las que toreaba por libre rozaría el centenar de paseíllos. Por desgracia, un fuerte accidente de tráfico le impedió seguir toreando y supo adaptarse a la nueva situación. Hizo de mozo de espadas de su amigo Antonio Barrera y en la actualidad está realizando labores de apoderado con Leo Valadez, de veedor para Juan Bautista y para la plaza de Arles y por último, pero no menos importante, es empresario de la plaza de Istres con Bernard Marsella. En cambio, Manolo Porcel se apartó un poco más del mundo taurino y ahora dedica su tiempo a su restaurante y a su familia. “Aunque me deje ver poco en los actos taurinos es por falta de tiempo no por falta de afición” concluyó Porcel.

A modo de curiosidad y para zanjar la polémica en torno al lugar de nacimiento de César Pérez, Lería le preguntó directamente dónde había nacido. “El Cossío dice que he nacido en Carcassonne (Francia) aunque realmente he nacido en Barcelona, en el Hospital Aliança. Mi madre era catalana y mi padre de Jaén, de pequeño vivía en el barrio de la Monumental. Yo me siento catalán por los cuatro costados“, respondió Pérez.

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Un comentario en “Tres toreros catalanes llenan la sede de la FETC

  1. Gracias a todos por vuestra asistencia a pesar de la tarde de crudo invierno que se presentó. Los dos invitados y yo pasamos un rato muy entrañable hablando de nuestra historia taurina y esperamos que los que asistieron al acto se lo pasaran igual de bien. Nos vemos el viernes en la federación en la tercera conferencia de este año. no os la perdáis.

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